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España

Europa quiere acabar con las calderas en España: 2025 es el principio del fin

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El 2025 marca el comienzo de una transición muy importante en el panorama energético, en la que las calderas de gas, que hasta ahora han sido un elemento esencial en muchos hogares en España, empezarán a ser parte del pasado. La Unión Europea (UE) ha decidido dar un paso adelante para alcanzar sus ambiciosos objetivos medioambientales, prohibiendo las subvenciones para la compra e instalación de sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles. Por lo tanto, este año se convierte en un punto de inflexión hacia una mayor sostenibilidad y eficiencia energética.

Sin embargo, el cambio no será inmediato ni sencillo, ya que muchas viviendas todavía dependen de estos sistemas tradicionales. Quienes tienen una caldera de gas en sus hogares podrán seguir utilizándola, pero deben tener en cuenta que las opciones para reemplazarla serán cada vez más limitadas. Cuando una caldera de este tipo se estropee, no habrá incentivos para adquirir otra similar, lo que obligará a considerar alternativas más sostenibles.

Adiós a las calderas de gas en España

Desde el 1 de enero de 2025, todos los países de la UE, incluido España, tienen prohibido subvencionar calderas de gas, carbón y gasóleo. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia que busca promover sistemas de calefacción sostenibles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. A partir de este año, los gobiernos de los estados miembros ahora se centrarán en incentivar la instalación de sistemas más ecológicos, como las bombas de calor y las instalaciones solares térmicas.

Aunque la normativa busca una eliminación progresiva de las calderas de gas, se contemplan algunas excepciones. Los edificios agrícolas, los monumentos históricos y los lugares de culto podrán quedar exentos de estas medidas, siempre que así lo determinen los países miembros. La UE ha establecido un calendario claro para esta transición. Si bien la prohibición total de las calderas de gas podría llegar hacia 2040, el objetivo final es lograr que todos los edificios sean climáticamente neutros para 2045.

La transición hacia la neutralidad climática también afectará a los edificios públicos. A partir de 2028, todos los inmuebles ocupados por autoridades públicas tendrán que ser climáticamente neutros. Esto significa que deberán eliminar por completo el uso de calderas de combustibles fósiles y adoptar sistemas de energía renovable.

Por otro lado, desde 2030, las nuevas construcciones residenciales tendrán que cumplir con estrictos estándares de eficiencia energética. La normativa establece que estas viviendas no podrán instalar calderas de gas, carbón o gasoil, y en su lugar deberán optar por tecnologías como las bombas de calor, que aprovechan fuentes renovables para generar calor de manera eficiente.

Los sistemas de calefacción basados en energías renovables ofrecen numerosas ventajas, Uno de los beneficios más destacados es la disminución de emisiones contaminantes, ya que estas tecnologías generan pocos o ningún gas de efecto invernadero durante su funcionamiento.

Además, sistemas como las bombas de calor y las soluciones híbridas ofrecen un rendimiento energético notablemente superior al de las calderas tradicionales, optimizando el consumo energético en los hogares. Aunque la inversión inicial en renovables puede ser más elevada, a largo plazo permiten un ahorro significativo debido a su mayor eficiencia en comparación con las calderas tradicionales en España.

Bombas de calor

Las bombas de calor se han convertido en una de las tecnologías más innovadoras y sostenibles. Este sistema aprovecha la energía térmica del ambiente, ya sea del aire, el suelo o el agua, para proporcionar calefacción, refrigeración e incluso agua caliente sanitaria.

El funcionamiento de una bomba de calor se basa en transferir energía térmica de un lugar a otro mediante un ciclo de compresión y expansión de un refrigerante. En invierno, extrae calor del exterior y lo introduce en el interior del edificio, mientras que en verano, funciona a la inversa, expulsando el calor hacia afuera.

Existen varios tipos de bombas de calor, dependiendo de la fuente de energía térmica que utilizan:

El uso de bombas de calor presenta múltiples beneficios. En primer lugar, son muy eficientes, llegando a generar hasta cuatro unidades de calor por cada unidad de electricidad consumida. Esto reduce el gasto energético en comparación con las calderas tradicionales. Además, al no quemar combustibles fósiles, estas tecnologías disminuyen las emisiones de dióxido de carbono, contribuyendo al objetivo global de neutralidad climática. Otra ventaja es su versatilidad, ya que se pueden utilizar tanto para calefacción como para refrigeración y agua caliente sanitaria.