Economía
Crisis persistente

El Banco de España alerta del riesgo de que la crisis produzca daños estructurales en la economía

El Banco de España advierte de que la crisis podría producir daños estructurales en la economía debido a su persistencia. «En un primer momento llegamos a pensar que la pandemia y su repercusión económica tendría un efecto transitorio, pero es más persistente de lo previsto, lo que hace más probable que se produzcan daños estructurales en la economía», ha reconocido el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

El responsable del Banco ha dicho que existe un enorme grado de incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, pero también sobre las medidas que se han puesto en marcha para paliar los efectos de la crisis y sobre las decisiones de consumo e inversión. Advierte también de que la recuperación es parcial, heterogénea e incierta.

En el ámbito financiero, Hernández de Cos ha sostenido que el objetivo compartido debe centrarse en evitar que la crisis sanitaria y la económica se transforme en una crisis financiera. En cuanto a las medidas que deben conformar la estrategia de política económica, el gobernador del Banco de España ha abogado por mantener, e incluso ampliar si fuera necesario, las medidas de apoyo (tanto de rentas de hogares y empresas como financieras y monetarias), pues su retirada prematura «causaría unos perjuicios que exceden los posibles costes de mantenerlas hasta que la recuperación dé muestras de suficiente solidez».

Por otro lado, Hernández de Cos ha reiterado que las medidas de política fiscal deben enfocarse ahora en los sectores y grupos poblacionales más afectados.

Asimismo, ve «crucial» la identificación temprana de los cambios estructurales y ha apuntado que la política económica debe dirigirse a facilitar y apoyar la adaptación del tejido productivo a las nuevas realidades y la reasignación eficiente de los recursos, lo que implica que debería facilitarse la salida ordenada del mercado de las empresas con modelos de negocio no viables.

Por otra parte, el Banco de España ve necesario afrontar los daños estructurales que genere la pandemia. En el caso de que aumente el endeudamiento empresarial, cree que «tendría sentido» modificar los instrumentos de apoyo a las empresas para que no impliquen un aumento de las obligaciones financieras.

«Las ayudas directas o las inyecciones temporales de capital pueden resultar instrumentos más eficaces ahora para las empresas viables. Y para las que se enfrentan a dificultades para hacer frente a sus obligaciones financieras, debería facilitarse un funcionamiento más ágil de los procedimientos de reestructuración de las deudas», ha explicado Hernández de Cos, quien cree que sería deseable que se introdujeran mejoras en el funcionamiento de los procedimientos judiciales y extrajudiciales de insolvencias que redunden en una mayor eficiencia y agilidad.

El gobernador también ha apuntado a la necesidad de definir urgentemente una agenda ambiciosa de reformas estructurales dirigidas a aumentar el crecimiento potencial de la economía, de garantizar que los fondos europeos se destinan a proyectos y reformas estructurales con capacidad de mejorar el crecimiento potencial de nuestra economía y de diseñar una estrategia creíble de reducción gradual, pero sostenida, de los desequilibrios fiscales, para su implementación una vez que se haya superado la pandemia y la recuperación económica esté sólidamente asentada.

Medidas para evitar una crisis financiera 

En el ámbito financiero, el gobernador ha resaltado que el objetivo debe ser evitar que la crisis sanitaria, que se ha transformado en una crisis económica, termine generando una crisis financiera, lo que requiere de una respuesta que «solo puede ser europea» y debe incluir la culminación de la Unión Bancaria con la aprobación de un fondo de garantía de depósitos europeo plenamente mutualizado.

Asimismo, ve prioritario analizar la adecuación de la normativa de resolución europea ante una hipotética crisis sistémica o el posible papel de las compañías de gestión de activos en condiciones de grave deterioro de los balances de las instituciones financieras europeas.

«Los Estados miembros de la UE deberían también avanzar rápidamente para alcanzar un acuerdo que permita crear un procedimiento común europeo para la liquidación administrativa de las entidades de crédito», ha advertido.

Por su parte, las entidades, en caso de prolongación de la crisis, tienen que garantizar un reconocimiento adecuado y a tiempo del deterioro efectivo de la calidad de las exposiciones crediticias a través del cumplimiento de las guías supervisoras, ha señalado Hernández de Cos.

Igualmente, sus políticas de distribución de dividendos y de remuneraciones «deberán seguir siendo muy prudentes hasta que no se disipe la incertidumbre actual y se consolide una recuperación económica sólida».

Adicionalmente, ha indicado que las entidades deben profundizar en la mejora de su eficiencia y realizar las inversiones necesarias en digitalización y explotación de la información, a la vez que expanden actividades más rentables manteniendo un estricto control sobre los riesgos asumidos.

«Los procesos de consolidación en el sector, para los que todavía existe margen, pueden favorecer el fortalecimiento de las entidades y del sistema en su conjunto. Pero deben analizarse caso por caso y ejecutarse adecuadamente, de manera que se concreten las ganancias de sinergias potenciales», ha advertido Hernández de Cos.