No podía ser otro. Vinicius Junior abrió la lata contra el Valencia en el último suspiro de la primera mitad. El brasileño empujó un centro lateral que puso Dani Carvajal y al que no llegó Rodrygo Goes para poner el 2-1 y acortar distancias justo antes del pitido final. Además, hizo el gesto del puño hacia arriba representando la lucha contra el racismo ante todo un fondo de Mestalla que, junto a la mayoría del graderío, no paró de ofenderle durante todos los primeros 45 minutos.
Vinicius estuvo muy condicionado en la primera parte por esos cánticos que escuchó continuamente por parte de la afición valencianista. Aun así, fue capaz de convertirse en el hombre gol del Real Madrid para dar alas a su equipo y convencer a los suyos de que se podía remontar en el segundo tiempo. Después de los goles de Hugo Duro y Yaremchuk los blancos despertaron y acecharon al Valencia antes del intermedio con el tanto del ‘7’, que lo celebró moviendo el balón hasta el centro del campo y haciendo un gesto contra el racismo con una de sus manos.
Ni los gritos contra él, ni las faltas recibidas impidieron a Vinicius ser el mejor del Real Madrid en una mala primera parte de los de Carlo Ancelotti. El encuentro arrancó bronco y con muchas faltas por parte de los jugadores del Valencia, que frenaron a los futbolistas del conjunto blanco a base de patadas en los minutos iniciales.
Los de Rubén Baraja se adelantaron por partida doble antes de la media hora de juego. El primer gol fue de Hugo Duro, que aprovechó un error de la zaga madridista, y el segundo de Yaremchuk tras un pase atrás fallido de Carvajal hacia Lunin que atrapó el delantero ucraniano del Valencia para rematar y marcar. Los ches hacían el 2-0 y al Real Madrid se le ponía el partido realmente cuesta arriba, pero el gol de Vinicius le dio un chute de moral a los madrileños para la segunda parte.
Vinicius empata con suspense
Y cuando quedaban algo más de 10 minutos para el final, el propio Vinicius consiguió igualar el partido. Brahim Díaz, que entró por Jude Bellingham, piso área, hizo su magia y puso un centro perfecto a la cabeza, o mejor dicho, a la cara del brasileño, que nuevamente sólo tuvo que empujarla. Gil Manzano fue avisado por el VAR por un posible fuera de juego, pero una pierna de Mosquera habilitaba al del Real Madrid y el gol subía al marcador.