El Clásico del Di Stéfano deparó una gran victoria del Real Madrid, con exhibición en la primera parte y sufrimiento del bueno en la segunda, y contó también con polémicas que repasar en el VAR de OKDIARIO. El conjunto merengue venció con justicia deportiva, merced a su enorme despliegue del 1′ al 45′, y también arbitral, ya que un notable Gil Manzano acertó en las acciones claves, incluyendo el acontecimiento central fue un piscinazo claro de Braithwaite, que intentó engañar al trencilla en los últimos minutos de partido.
La primera mitad del Clásico no tuvo grandes polémicas, pero sí un buen número de jugadas en las que Gil Manzano tuvo que intervenir. El colegiado, sustituto de Mateu Lahoz tras la lesión del valenciano, acertó y falló pero lo más importante para él es que no incidió en el resultado dentro de la exhibición del Real Madrid.
En el minuto 12, Lionel Messi reclamó una falta en zona peligrosa, dentro del campo del Real Madrid. Gil Manzano dejó seguir y el argentino puede salir contento, ya que tras la repetición se comprueba el piscinazo del ’10’, al que Casemiro ni roza. La amarilla, que acarrearía suspensión, no llegaba al partido para Leo.
Tras esta acción, el gol, golazo del Real Madrid obra de Karim Benzema, que pese a su revisión era absolutamente legal. Y cuatro minutos después, leve protesta del Barcelona tras una acción de Casemiro, en la que tira a Lenglet. Lo que no se vio en primera instancia, en el minuto 18, es que es Araujo el que trastabilla al ’14’ del Real, provocando un efecto dominó en el que Gil Manzano acertó a señalar falta favorable a los locales.
El Barça, desquiciado y descolocado, vio dos amarillas en los siguientes minutos, 22 y 25. Pedri, al cortar una contra de Casemiro y Araujo, por falta a Vinicius, eran los sancionados. Especialmente importante la del uruguayo, no por justa, sino por el resultado, que no sería otro que el 2-0 para el Madrid, obra de Toni Kroos.
Antes del descanso, una nueva jugada dudosa, solucionada a la perfección por los colegiados. Dembélé cae dentro del área, pero Mendy, como bien localizaron los trencillas, no hace absolutamente nada para colaborar con el desvanecimiento de su compatriota.
El Real Madrid se exhibía bajo el aguacero del Di Stéfano, pero también recibía malas noticias. En el minuto 37, Lucas Vázquez debía abandonar el terreno de juego lesionado tras recibir un duro golpe de Busquets. Ambos futbolistas van al balón a ras de suelo, pero la realidad es que el gallego llega antes, contacta con el esférico y es Sergio el que le arrolla, en una amarilla clara que no vio el ‘5’.
No hay penalti de Mendy a Braithwaite
Ya en la segunda mitad, Lenglet pudo ver la amarilla al cortar una contra con una entrada durísima a Casemiro, en una acción que bien pudo convertirse en el 3-1. El árbitro dejó seguir con acierto, pero se le olvidó la tarjeta para el central del Barcelona. Los siguientes minutos tuvieron al Barcelona como protagonista de la posesión, y un respiro para las polémicas del encuentro. Gil Manzano y sus asistentes descansarían, antes de un rush final de órdago que tuvo una jugada, muy protestada, en la que el árbitro estuvo sobresaliente.
Una pérdida grosera de Odriozola permitió un tiro con todo a favor para marcar de Jordi Alba, que por suerte para el madridismo falló, dejando la jugada abierta para una segunda oportunidad, con Mendy y Braithwaite como contendientes. El defensor madridista corrigió su posición tras un paso en falso y Braithwaite trató de aprovecharse al notar un mínimo contacto para tirarse al suelo. No hubo penalti y así lo vio Gil Manzano, respaldado en su decisión por el VAR.
En pleno repliegue intensivo, el colegiado iba a expulsar a Casemiro, con dos amarillas prácticamente consecutivas, ambas claras, y que supusieron la inferioridad para el Real Madrid en el tiempo de descuento. Los blancos se salvaron, con la épica por bandera en medio de la tormenta, y son junto a Gil Manzano los ganadores de un Clásico como siempre polémico, pero en el que la actuación arbitral no afectó al resultado final.
