Aurélien Tchouaméni ya ha confirmado lo que siempre se tuvo claro en el Real Madrid: es un jugador de clase mundial llamado a marcar una época en el centro del campo del club blanco y con la selección francesa. Los entrenadores que ha tenido a sus órdenes —Ancelotti, Deschamps y ahora Xabi Alonso— nunca lo han dudado, aunque a su alrededor siempre se generó un ruido que se convirtió en insoportable en el Bernabéu, especialmente en aquel encuentro de Champions contra el Milan la pasada temporada, cuando recibió una sonora pitada. Sin embargo, él mismo se ha encargado de acallarla levantándose y demostrando su enorme potencial.
En el reciente duelo entre Ucrania y Francia, Tchouaméni dejó su sello con una asistencia cargada de calidad a su compañero de club y compatriota Mbappé, que transformó en gol. Una acción que confirma que es mucho más que un simple destructor del juego rival: también tiene clase para generar fútbol.
Por eso, en el Real Madrid, el francés es esencial tanto en la faceta defensiva como en la ofensiva, con un peso mucho mayor al que tenía en la etapa de Ancelotti. Desde la llegada de Xabi Alonso, no sólo es uno de los jugadores que más balones recupera en el centro del campo, sino que también interviene de manera decisiva a la hora de iniciar y generar juego.
Fuera del campo, Tchouaméni también brilla. Es un futbolista con carisma, personalidad y liderazgo, cualidades que ha mostrado desde su llegada al Real Madrid y que ahora Xabi Alonso ha podido comprobar de primera mano. Un seguro para el conjunto blanco y una figura indiscutible en los planes del nuevo entrenador.
Intocable también en los despachos
La condición de intocable de Tchouaméni no se limita al vestuario. Desde la directiva madridista la postura es tajante: cada vez que alguien ha preguntado por él, la respuesta ha sido la misma: «No negociamos».
El pasado verano, clubes de la Premier League, con el Liverpool a la cabeza, presentaron ofertas muy importantes, pero el Real Madrid ni siquiera se sentó a escucharlas. La inversión de 80 millones de euros que el club realizó hace tres veranos por el francés, unida a la confianza ciega en su talento, refuerza la idea de que no está en venta.
Incluso en los momentos más complicados, cuando recibió críticas y silbidos en el Santiago Bernabéu, la entidad siempre mantuvo su fe en él. Ahora, que el estadio se rinde a su fútbol, el Real Madrid tiene claro que Tchouaméni es presente y futuro. Este verano, aunque vuelvan a llamar a su puerta, la respuesta será la misma: el francés no se toca.