El Real Madrid, comandado por un impresionante Jude Bellingham, trituró a Osasuna al que endosó cuatro goles que pudieron ser una docena. Doblete del inglés, que lleva diez tantos en sus diez primeros partidos de blanco, y golazos de Vinicius y Joselu, que incluso falló un penalti. Notable partido de Tchouaméni de central y actuación coral de todo el centro del campo del equipo de Ancelotti en el que lució Fede Valverde.
Ancelotti eligió a Tchouaméni. Era él o Mendy (susto o muerte) y Carletto pretende vivir al menos hasta contemplar las playas de Copacabana con la placa de seleccionador de Brasil en la pechera. Elegir a Mendy habría sido mojar las magdalenas en un chupito de Jägermeister para desayunar. El Real Madrid, que no anda tan corto de centrales como de nueves pero casi, afrontaba el partido ante Osasuna con Rüdiger como único defensa central, así que Ancelotti tuvo que reconvertir a Tchouaméni.
Desvestido el santo del mediocentro al técnico del Real Madrid no le quedó más remedio que tirar del 4-2-3-1 con Modric al lado de Camavinga en el centro y una línea de tres por delante con Valverde, Bellingham y Vinicius para surtir de balones a Joselu, que recuperaba el puesto de nueve titular. Carletto se guardaba las balas de Kroos y Rodrygo en la recámara del banquillo por si se torcía el partido ante Osasuna.
🚨 «Si sigue todo igual, ME MARCHO».
🗣️ Las palabras de Modric a Ancelotti que desvela #INDA. pic.twitter.com/XhaGkKUqzK
— El Chiringuito TV (@elchiringuitotv) October 3, 2023
Hacía calor en el Bernabéu. Un solazo para echar el techo y meter el aire como si estuviéramos en Doha. El Real Madrid se hizo con la pelota tanto por interés propio como por desinterés de Osasuna, que aguardaba agazapado atrás y bien colocadito. Joselu fue el primero en infiltrarse entre las líneas enemigas tras una asistencia de Valverde, pero su centro en el área no encontró ni a Bellingham ni a Camavinga, que habían acompañado sus zancadas.
Fue la primera llamada del Real Madrid al gol, pero el Madrid es como el cartero, que siempre llama dos veces. A la segunda tocó el timbre Bellingham y ese nunca perdona. Modric filtró un pase al área a Carvajal, que hizo la pared de espaldas y se la puso a la incorporación del inglés, que apareció de la nada, controló, sentó a su rival y marcó colocadita con la izquierda. Otro golazo para la colección de un futbolista sencillamente asombroso.
Bellingham sacó su fusil
Vibraba el Bernabéu y relajóse el Real Madrid con el 1-0, momento que aprovechó Osasuna para estirarse en busca del área de Kepa. Un par de voces de Ancelotti bastaron para que sus jugadores recuperaran el pulso del partido. Vinicius pecó de chupón en el 23 en una jugada que había iniciado Fede Valverde y decidió no mirar a Bellingham, que se incorporaba solito, para chupársela él solito con un disparo arriba.
El Real Madrid manejaba el partido con comodidad, autoridad y solvencia. Tchouaméni jugaba como si llevara una década de central y los medios de Ancelotti se cambiaban de sitio con la naturalidad con la que Pedro Sánchez cambia de opinión. Sólo chirriaba el partido de Vinicius, que está en su pretemporada particular y no termina de encontrarse a sí mismo.
Con la plácida sensación de tenerlo todo controlado al Real Madrid se le fue escapando el primer tiempo no sin antes llevarse un susto en un disparo de Moncayola que se envenenó con el bote y se marchó por poco a la derecha de la portería de Kepa. Y con una ocasión postrera de Joselu, que perdonó el 0-2 en boca de gol, nos íbamos a ir al descanso con una sensación de calma absoluta en el Bernabéu.
Pero el Real Madrid siempre se guarda un susto para el final y una pérdida de balón de Carvajal provocó que Budimir se quedara solito en el punto de penalti y la echara a las nubes. Entonces sí, con susto entre la parroquia blanca, nos fuimos al intermedio. Del que regresamos con otra ocasión malograda por Joselu, que había arrancado en fuera de juego.
Se gusta el Real Madrid
Volvía a dominar el Real Madrid con Bellingham asomándose al área en busca de su particular doblete. No tardó mucho en encontrarlo. En el 54 de nuevo sentó a varios rivales, tiró a pared con Valverde, se metió en el área y se la colocó por debajo de las piernas a Herrera. Pues nada. Otro doblete del muchacho, ocho goles en sus ocho primeros partidos de Liga y diez en diez partidos con el Madrid. Una salvajada.
Con el partido mas que encarrilado para el Real Madrid Ancelotti mascaba sus cambios como si fueran chicles y Osasuna se echaba al monte. Vinicius podría sacar tajada de los espacios a la espalda de la zaga rojilla. Lo hizo en el 64 con una galopada marca de la casa a pase de Fede Valverde. Vini se plantó ante Sergio Herrera, le dribló con un quiebro de cadera y marcó a puerta vacía. Golazo y partido sentenciado para el Real Madrid.
El cuarto lo marcó Joselu con una definición estelar tras un acción de Vinicius en la que el brasileño controló la pelota de espaldas y retrató a un David García que no estaba teniendo su tarde. Un minuto después Ancelotti retiró del campo al héroe Bellingham y a su ayudante Vinicius para meter a Ceballos y Rodrygo. El Bernabéu rindió honores a sus dos cracks con una ovación breve pero intensa como la carrera de James Dean.
El Real Madrid quería más y Fede Valverde, que firmaba un partidazo, comandaba las acometidas de los blancos al área de Sergio Herrera. En el 77 se fueron Carvajal y Modric para que entraran Lucas Vázquez y Brahim. En el 82 David García, que sellaba su partido infame, hizo un penalti por una mano descarada que desperdició Joselu al ejecutar la pena máxima al centro para que la desviara Sergio Herrera.
El penalti marrado fue la última ocasión clara de un Real Madrid que completó, posiblemente, su mejor partido de la temporada. Todo fueron buenas noticias para Ancelotti: logra la victoria, mantiene el liderato, Bellingham es más Pichichi y puede que incluso haya encontrado un central en la figura de Tchouaméni.