“Tenemos marcado en rojo este partido”, decía Xabi Alonso tras vencer por la mínima a la Juventus en el Santiago Bernabéu. El vasco se refería, cómo no, al Clásico que medirá este domingo a Real Madrid y Barcelona en Chamartín. El entrenador madridista aseguraba que en este encuentro su equipo no se jugaba nada en especial, aunque no ocultaba que era un partido especial. Y la realidad es que, dentro del vestuario madridista, son plenamente conscientes de que deben dar un paso al frente y competir contra un grande.
El derbi contra el Atlético de Madrid dejó una herida abierta en la caseta madridista que todavía no se ha cerrado. No está ni cerca de hacerlo, realmente. De hecho, no sanará hasta que Xabi Alonso y sus jugadores se demuestren a sí mismos que pueden competir al máximo nivel contra un grande. El 5-2 hizo mucho daño y, desde ese momento, el pensamiento único de los madridistas era dar la cara en el Clásico.
El Real Madrid necesita ganar el Clásico para recuperar su grandeza, la palabra que leerán los jugadores madridistas cuando salten al terreno de juego para disputar el duelo contra el Barcelona. El mosaico que lucirá en Chamartín recoge esa palabra en el lateral del Paseo de la Castellana, por lo que los futbolistas de Xabi Alonso se la encontrarán en cuanto asomen por la bocana de vestuarios.
La grandeza es lo que ha perdido el Real Madrid en los partidos grandes, en los duelos donde hay que dar la cara. La temporada pasada, cada encuentro contra el Barcelona fue una tortura. En Champions sí respondieron contra City y Atlético, con muchas dificultades, pero el Arsenal los puso en su lugar de manera incontestable en cuartos de final. En el Mundial de Clubes fue el PSG el que los goleó, mientras que este curso el derbi fue un bochorno.
Los jugadores saben que deben demostrar que pueden ser competitivos en partidos de tronío. Entre el madridismo se ha instalado la duda y, en la cúpula, hay cierto nerviosismo. Son plenamente conscientes de que, si no son capaces de ganar al Barcelona, el proyecto de Xabi Alonso se tambaleará notablemente.
Una goleada puede ser letal
El Real Madrid llega a este Clásico tras haber ganado once partidos y perdido uno. Líder en Liga e invicto en Champions. Los números son notables, pero una goleada contundente del Barcelona, tal y como sucedió el curso pasado en dos ocasiones, dejaría herido, casi de muerte, a Xabi Alonso y a su proyecto. El donostiarra es plenamente consciente de que también se la juega en este choque, por injusto que parezca, pero el banquillo del Santiago Bernabéu es así.