«Ni un delantero ni nadie». Así de contundentes se muestran en la cúpula del Real Madrid al asegurar que el club no hará fichajes en los ocho días que restan para terminar el mercado veraniego. El club quiere aplicar su política de ahorro y de austeridad y creen que Zidane tiene plantilla «de sobra» para competir por todos los títulos.
«Somos los que somos pero hasta el 5 de octubre puede pasar de todo». La frase de Zidane, pronunciada en vísperas del partido ante el Betis, sonó a que el técnico del Real Madrid no vería con malos ojos un fichaje sobre la bocina que viniera a reforzar, preferiblemente, la delantera, donde Benzema es el único 9 de confianza para Zizou.
Sin embargo, en el club tienen claro que no harán movimientos de última hora, más allá de la probable salida de Borja Mayoral, que está muy cerca de la Roma, y la menos posible de Mariano, que no cuenta para Zidane pero que insiste en cumplir su contrato con el Real Madrid o, en caso de irse, en que el club de destino le respete sus más de 4 millones netos de ficha.
Así que la postura del Real Madrid es muy clara: «Salidas puede, llegadas ninguna». Esa firmeza en la cúpula del club blanco a la hora de cerrar la puerta a fichajes este verano –sólo han vuelto los cedidos Odriozola y Odegaard– tiene una doble explicación. Primero, el Madrid considera que no es recibo pedir a los jugadores que se recorten el sueldo (hasta un 25% si no hubiera público en toda la temporada) y después invertir dinero en fichajes.
Además, el Real Madrid sigue obsesionado con aumentar sus ingresos por la vía de los traspasos, que ya superan los 130 millones en el verano post-coronavirus. Esos ingresos permitirán no sólo equilibrar las cuentas en un año donde todos los grandes clubes europeos presentarán pérdidas, sino también seguir ahorrando para la madre de todos los fichajes: Kylian Mbappé. Pero esa ya será otra historia.
