El día que Laporta enseñó su gigantesco cartel al pie de Bernabéu, Karim Benzema demostró que es cabeza de cartel en el Real Madrid. Un testarazo del francés dio un triunfo sufridísimo al Real Madrid ante un Athletic que jugó casi todo el partido con diez por una estúpida expulsión de Raúl García. Los blancos sostienen el cartel de candidato a la Liga… pero sin demasiado convencimiento. El 3-1 final, gracias al postrero gol también de Benzema, es más engañoso que un discurso de Pedro Sánchez.
Zidane, por una vez en la vida, repitió equipo. Sorprendió que Zizou no sorprendiera con alguna sorpresa. Eso, conociendo al técnico madridista, es sorprendente. Bueno, no sacó a Casemiro para no cometer alineación indebida. Metió a Valverde en su lugar. El resto eran los mismos que jugaron (y muy bien) el derbi ante el Atlético.
Aunque fueran los mismos, los jugadores del Real Madrid no salieron igual que ante el Atlético. Un punto menos de presión y dos en la precisión de la pelota dieron cierta tranquilidad a los leones en el inicio del partido. No la tuvo Raúl García en el minuto 7 cuando se llevó puesto a Kroos en una dura entrada en el centro del campo.
Poco a poco el Real Madrid fue cocinando posesiones más largas y asomóse al área de Unai Simón. Una ocasión de Benzema al filo del minuto 10 fue el primer aviso de los blancos. Le siguió una acción de Williams y Carvajal en el área del Real Madrid en la que Gil Manzano pudo cobrar penalti o dejar seguir. Optó por la opción B y el VAR no entró a corregirle. La jugada era gris marengo, gris oscura y gris perla a la vez.
Un minuto después Raúl García se autoexpulsó por una segunda patada sin balón a Kroos. Fue una expulsión de juvenil de un futbolista de 34 años al que se le cruza el cable siempre que juega contra el Real Madrid. Protestaron los jugadores del Athletic más por obligación que por convicción, pero no había dudas: Raúl García se había merecido la tarjeta roja.
El Athletic se queda con diez
El Athletic no se desplomó con la roja pero el Real Madrid fue aumentando su dominio y sumó alguna que otra ocasión. Una de Benzema y otra de Valverde fueron pellizcos de monja a la meta de Unai Simón. Los de Zidane llegaron a la primera media hora de juego sin meter al Athletic en problemas, a pesar de estar con un jugador más. Pero ni siquiera lo parecía.
Dominaba el Madrid. Apretaba pero no ahogaba como una corbata con el nudo bien hecho. Se defendía el Athletic. Iba replegando para guardar el área de Unai, pero parecía que el duelo se le acabaría haciendo bola. De momento, el 0-0 era un botín preciado ante un Madrid espesito como un caldo de Navidad con mucho jamón.
Luego Vinicius hizo de las suyas con un disparo calamitoso en la frontal de esos que hacen que Benzema se desespere y piense aquello de que tiene en enemigo con la misma camiseta. Repitió ocasión el brasileño en el 40 con un remate a bocajarro a medio metro de Unai que estrelló contra el cuerpo del portero. El Real Madrid volvía a toparse con su desesperante falta de gol.
El Madrid se relaja
Así que el Athletic pensó que iba a resistir ileso hasta el descanso… pero entonces apareció Kroos para sacarse de la chistera un tiro maravilloso, uno de esos pases a la red del alemán que, tras botar delante de las manos de Unai Simón, se coló en la meta rojiblanca. Era el minuto 47 y Gil Manzano señaló el camino de los vestuarios. La flor de Zidane no se marchita ni en pleno mes de diciembre.
Comenzó la segunda parte y el Real Madrid se sentía como Pablo Iglesias en su casoplón de Galapagar: con todo bajo control. Quizá se equivocaba, porque se relajó en exceso ante un Athletic que trataba de atacar los espacios con el veloz e impreciso Iñaki Williams. Y tanto se relajó el Madrid que llegó el empate de los rojiblancos. Lo marcó Ander Capa en una jugada en la que no replegó nadie en el equipo de Zidane. Sólo los cuatro defensas y Courtois salían en plano.
Los de Zidane tenían poco más de media hora para hacer un gol y volver a rehacer el trabajo que habían hecho al principio. Atacó el Real Madrid sin orden ni criterio mientras la reacción de Zizou fue sacar al tiempo a Isco y Asensio por Valverde y Vinicius. Era el minuto 64 y el cronómetro seguía corriendo, ahora a favor del Athletic.
De repente se atascó el Real Madrid, incapaz de crear peligro a un Athletic que estaba con diez. Tuvo que ser el balón parado el que rescatara al equipo de Zidane. El córner lo sacó en corto Asensio hacia Carvajal, que la puso tocadita al área donde emergió Benzema para cabecear, una vez más, al estilo Santillana. Respiraba Zizou con el 2-1.
Pero tuvieron que sufrir el técnico francés y sus jugadores para salvar tres puntos ante el arreón final de un honorable Athletic. Lo consiguieron a pesar de vivir los últimos minutos al borde del ataque de nervios. Resistió el Real Madrid, gracias a un paradón memorable de Courtois en el 91 y a un postrero gol de Benzema en el 93 después, que ya tiene los mismos puntos que el Atleti… aunque con dos partidos más.