El Real Madrid recuperó el alma con Sergio Ramos. El central regresaba al equipo, tras la lesión que sufrió en el partido ante el Cádiz y que le impidió estar contra el Shakhtar, y revolucionó al equipo. Igual que se le echa de menos cuando no está, los blancos son mejores con la presencia en el equipo de su capitán y una vez más quedó demostrado ante el conjunto culé. Los madridistas evidenciaron su ‘Ramosdependencia’ contra el Barcelona, donde fue uno de los mejores del partido y fundamental para la victoria madridista.
Ramos tomaba de nuevo las riendas del equipo tras la debacle ante en Champions. Estuvo entre algodones para llegar al cien por cien al duelo ante el Barça y demostró de nuevo la capacidad que tiene para cambiar la imagen del equipo sólo con su presencia. Los blancos recuperaron la solidez defensiva, puesta muy en duda en este inicio de la temporada, y lo hicieron gracias a un Ramos sobresaliente, que fue el protagonista de la victoria al provocar el penalti que terminó dando los tres puntos.
Regresaba para salvar al equipo de la crisis en la que estaban sumidos y lo consiguió. Además de lograr frenar al Barça en ataque, Ramos fue el causante de la acción que determinó la balanza del lado del Madrid. El defensa sufrió múltiples agarrones de Lenglet en cada jugada a balón parado de la que disponían los blancos y, a la tercera, Martínez Munuera decretó la pena máxima.
Ramos volvió a marcar desde los 11 metros, demostrando que se ha convertido en uno de los grandes especialistas desde el punto de penalti. Con el marcado ante el Barcelona, ya son 23 los penaltis consecutivos que ha anotado -25 si se cuentan los de las tandas-. Para encontrar su último error en una pena máxima hay que remontarse a mayo de 2018.
Líder de la defensa
Si algo se echaba de menos en el Real Madrid en este arranque de curso era la solidez defensiva mostrada en el tramo final del anterior. Los madridistas se convirtieron en una de las mejores defensas de Europa, firmando unos números impensables hasta hace poco. Sin embargo, esta temporada hacían aguas atrás, como se demostró en las dos últimas derrotas. Frente a los culés, recuperaron las sensaciones, con Ramos como líder indiscutible.
El capitán se echó el equipo a la espalda desde atrás. El equipo volvió a mostrarse seguro con y sin balón en la zaga y gran parte de la culpa la tuvo Ramos. El camero dio un recital, robando tres balones, despejando cuatro acciones de peligro y bloqueando un disparo. Además, se llevó la mayoría de balones que disputó, perdiendo sólo tres duelos de 10.
Los blancos asaltaron el Camp Nou en el retorno de Ramos. El capitán volvió a dejar patente su calidad y su espíritu ante el Barcelona y decantar el partido del lado de los madridistas. Una vez más, volvió a ser clave en la victoria del equipo, demostrando que este equipo con él es otro, capaz de ganar a cualquiera.