Decir que Carlo Ancelotti se juega su futuro más próximo en el encuentro que enfrentará a PSG y Real Madrid en el Parque de los Príncipes es exagerado. El club no tiene la más mínima intención de tomar ninguna intención respecto al entrenador italiano si los blancos saliesen muy golpeados de París. Eso sí, una derrota dura sí que podría llevar a las altas esferas madridista a empezar a tomar decisiones de cara a la próxima temporada.
Hay sectores de la cúpula madridista que no terminan de entender las decisiones de Ancelotti. Ya molestó la derrota ante el Athletic en los cuartos de final de la Copa del Rey. Sentó mal especialmente por las formas y por la demostración de que el técnico sólo confiaba en un pequeño grupo de jugadores. Pero lo que realmente ha ido haciendo mella en todos estos meses son los pinchazos que el equipo ha ido teniendo en Liga contra rivales de la zona baja de la tabla. Y, lo que menos se comprende, es que la gran mayoría han sido en el estadio Santiago Bernabéu.
El Real Madrid ha sido capaz de ganar a todos los equipos que están ocupando en estos momentos posiciones europeas, pero se ha dejado puntos en el Bernabéu contra conjuntos como el Levante, el Elche, el Cádiz o el Osasuna. Además, ha perdido en estadios como el del Getafe o el del Espanyol. Si los blancos hubiesen estado más finos ante estos rivales en el club son plenamente conscientes de que la Liga estaría mucho más encarrilada que lo que está a estas alturas. Hay que recordar que los de Ancelotti aventajan en cuatro puntos al Sevilla.
El Real Madrid confía en que Ancelotti dé con la tecla y el resultado sea el deseado en París. De momento, gestos como el que ha tenido con Bale, que le ha recuperado para la causa tras olvidarse de él en escenarios como San Mamés, gustan en una cúpula que está convencida de que tiene que utilizar a toda la plantilla si no quiere repetir lo que vivió en 2015, cuando el equipo se cayó y terminó quedándose sin ningún título.