Real Madrid y Barcelona siguen sufriendo las consecuencias de la crisis que está provocando el coronavirus. La ausencia de público en los estadios está afectando notablemente a los dos transatlánticos de nuestro fútbol, que se plantean muy seriamente someter a sus plantillas a una segunda rebaja salarial.
Hay que recordar que cuando estalló la pandemia ambos clubes rebajaron el salario de sus futbolistas y, viendo que la situación no ha mejorado nada en los últimos meses y el futuro no es alentador, no se descarta para nada que vuelvan a pedir que se bajen los salarios. De hecho, el Barcelona ha cerrado las cuentas del curso 19-20 en el que han tenido unas pérdidas de 97,5 millones de euros.
Eduardo Inda, director de OKDIARIO, desveló el pasado lunes en El Chiringuito de Jugones que esta temporada podría haber una nueva rebaja, que llegaría a ser del 20 al 25% si no vuelve el público a los estadios en toda la temporada. Por el momento, parece descartado que los aficionados regresen antes de que finalice 2020.
Por lo tanto, ambos conjuntos deberían verse obligados a pedir al vestuario que acepten una segunda reducción salarial y, para que se pueda realizar por los cauces correctos y no se cree ningún conflicto, deberán sentarse a hablar con los capitanes, tirar de mano izquierda y no imponer nada, ya que tienen que convencer a un vestuario que no termina de verlo claro.
Los capitanes, claves
Por el lado madridista, Sergio Ramos volverá a ser clave en las negociaciones. Si en la primera bajada el capitán se encargó de convencer a los futbolistas que no quería bajarse el sueldo para evitar un ERTE que iba a afectar a los trabajadores del club, en esta ocasión no lo ve tan claro. De hecho, el central no entiende porque la entidad presidida por Florentino Pérez, que ha dado una lección de coherencia durante el mercado sin fichar a nadie, está dispuesta a pedir una segunda rebaja salarial mientras que otros grandes de Europa siguen aguantando sin tocar el sueldo de sus jugadores.
No obstante, el club sabe que no habrá problema para sentarse a hablar con el sevillano y confían en que lleguen a un acuerdo que satisfaga a ambas partes. De momento, Ramos no se opone a bajarse el sueldo por segunda vez, pero cree que no tienen que hacer un esfuerzo tan grande.
Por otro lado, el Barcelona se ha encontrado con la oposición de Gerard Piqué. El tercer capitán de la entidad azulgrana no quiere que se baje el sueldo de la plantilla. Es el único que en estos momentos está en la ciudad condal, ya que el resto está con sus respectivas selecciones, por lo que será el encargado de hablar con la junta directiva. Como en el caso de Ramos, le tendrán que explicar muy bien los motivos para bajarse otra vez el salario.
