Vinicius Junior vuelve a la realidad de la Liga. Tras sobresalir en el Mundial de Clubes, donde hizo tres goles y terminó ganando el Balón de Oro del torneo que le acredita como mejor jugador, y no poder jugar frente al Elche por estar sancionado, regresa a una competición nacional con todo lo que ello conlleva. La última vez fue en Mallorca, donde tuvo que vivir 90 minutos llenos de provocaciones. Ahora le espera en El Sadar otro ambiente complicado en el que tendrá que demostrar su temple.
Vinicius está en un gran momento. Posiblemente, en el mejor de la temporada. El Mundial de Clubes fue un punto de inflexión para su fútbol. Y encima, con la ausencia de Benzema, está llamado a ser el líder del equipo dentro del verde. Al mismo tiempo, tendrá que gestionar las más que posibles provocaciones de la grada y, quién sabe, si de los rivales. Algo que se ha repetido en varias ocasiones en diferentes estadios de la Liga.
Aunque Vinicius siempre ha sido la víctima, tanto a él, como a sus compañeros, a Ancelotti y al propio club le cansa esta situación. En Mallorca se superaron todos los límites y lo que tuvo que vivir el brasileño sobre el césped estuvo muy alejado de una práctica deportiva. Una situación que no quiere que se repita en El Sadar. El brasileño entiende la dureza deportiva, pero no quiere que los rivales se sobrepasen con él.
En la entidad comprende que Vinicius no puede enfrentarse a 90 minutos como los sufridos en Son Moix, aunque también son plenamente conscientes de que esto no depende sólo de la actitud del jugador madridista, sino que también será importante como respondan los rivales y como actúen los árbitros. Precisamente, esta es la mayor crítica que traslada el club blanco desde dentro.
Proteger a Vinicius
En el Real Madrid tiene claro que si los árbitros siguen sin proteger a Vinicius, la situación continuará empeorando, ya que los rivales seguirán viendo como sale gratis sacar con malas artes al jugador brasileño de los encuentros. Por ello, desde dentro de la entidad reclaman más protección a un futbolista que sólo intenta jugar al fútbol sin tener que recurrir a otros recursos mucho menos deportivos. Lo que tienen miedo es que ir a por Vinicius se convierta en el deporte preferido de muchos equipos en España y para evitarlo necesitan que los árbitros sean más duros con jugadores como Maffeo, Raílo, Iván Alejo o Balliu, que no sólo ejerció violencia consentida por Martínez Munera en Vallecas, sino que se jactó de hacerlo en medios de comunicación.