El Real Madrid lo pasó mal tras la derrota en el Parque de los Príncipes. Más que por caer por la mínima en casa de uno de los grandes equipos de Europa, algo que puede entrar dentro de lo normal, por cómo fue el devenir del encuentro. El planteamiento que ofrecieron Ancelotti y sus chicos en París fue muy pobre. El 13 veces campeón de Europa trasladó al mundo una imagen de equipo pequeño que se vio en todo momento superado por un rodillo galo. Lo mejor, tal y como reconoció el entrenador italiano en rueda de prensa, fue el resultado. El regreso de la capital francesa fue de caras largas y tristeza, pero en los días siguientes, ya en Valdebebas, el equipo se ha conjurado para hacer piña. Unidos saben que pueden sacar adelante cualquier situación.
El jueves en Valdebebas fue día de mirarse a la cara y decir lo que había salido mal. Ya en frío y con los ánimos más calmados, tocó hacer análisis y mucha autocrítica. Sólo tres jugadores se salvaron de la debacle parisina: Courtois, Militao y Alaba. El resto, incluido Ancelotti, no estuvieron en ningún momento a la altura de un partido que exigía rozar la excelencia. La plantilla madridista observó y reconoció los errores, para terminar la reunión con la idea clara de que unidos pueden sacarlo todo adelante.
Esta unidad se empezó a ver en el duelo ante el Alavés que se celebró en el Santiago Bernabéu. Con los fantasmas de París demasiado presentes, los blancos firmaron 45 minutos atenazados, pero el gol de Asensio les quitó toda la presión y empezaron a fluir. Tras el zapatazo del balear, el banquillo madridista celebraba con efusividad al mismo tiempo que Ancelotti les pedía calma y Marco mandaba un mensaje a la grada. Minutos después, llegó el tanto de Vinicius, que no dudó en dirigirse a la banda para abrazarse a Carletto, ese que siempre ha creído en él. Y a la conclusión, tanto el cuerpo técnico como los jugadores festejaron un triunfo mucho más importante de lo que puede parecer.
El Real Madrid tiene por delante dos pruebas más, ante Rayo y Real Sociedad, donde tienen que recuperar la confianza perdida y, si el Sevilla no es capaz de mantener el ritmo, asestar el golpe definitivo a la Liga. El vestuario está unido para afrontar todos estos retos. De hecho, desde la caseta madridista están convencidos que en el duelo contra el PSG serán capaces de darle la vuelta a la eliminatoria.