Las llamativas declaraciones de Carlo Ancelotti fueron esa chispa que enciende la llama. Fue un pulso que inició el entrenador italiano y que, aunque posteriormente el Real Madrid emitiera un comunicado asegurando que «en ningún momento se ha cuestionado su participación en el nuevo Mundial de Clubes», ya había permitido a otros clubes y jugadores cuestionarse el nuevo modelo del Mundial de Clubes que ha impuesto la FIFA y que se celebrará este próximo verano en Estados Unidos.
Esto, entre otras cosas, ha permitido que las asociaciones de futbolistas digan basta ante el inminente colapso del calendario y la sobreexplotación de éste hasta el punto de llegar a una «situación límite» a corto plazo. Así, la Fifpro, el organismo futbolístico que aglutina a buena parte de los sindicatos internacionales, ha alzado la voz y ha decidido demandar a la FIFA por el próximo Mundial de Clubes que debe celebrarse en 2025.
A través de un comunicado, la Fifpro ha detallado que la FIFA se está encargando de «establecer unilateralmente el calendario internacional de partidos» y que en lo referente al Mundial de Clubes de 2025 no está teniendo en cuenta al resto de elementos que la hacen posible: «Tienen la decisión de crear y programar. Es probable que el torneo genere hasta seis semanas de trabajo adicional que se añadirán a un calendario ya de por sí repleto».
La FIFA encasilla el Mundial de Clubes en un lapso de tiempo en el que «los futbolistas se tomaban un descanso anual» habitualmente, como señalan en el comunicado y que esta competición supone una «imposición unilateral», algo que directamente «vulnera el derecho a negociar colectivamente sus condiciones de empleo que les confiere el artículo 28» de la Carta de Derechos de la Unión Europea y que, por tanto, la FIFA no está permitiendo «el derecho a unas condiciones de trabajo saludables» para los futbolistas.
Cabe destacar que la Fifpro está apoyando esta iniciativa pero que los impulsores de la misma son las asociaciones de Inglaterra y Francia, la Professional Footballers Association (PFA) y la Union Nationale des Footballeurs Professionnels (UNFP). En cualquier caso, la Fifpro destaca que «los futbolistas y sus sindicatos no han dejado de señalar que el actual calendario futbolístico está sobrecargado y es inviable», más si se añaden competiciones tan duraderas en espacios antes entendidos para el descanso de los futbolistas, señalando que la FIFA «no se ha comprometido ni ha negociado de forma significativa y ha continuado unilateralmente con un programa de expansión de las competiciones a pesar de la oposición de los sindicatos de jugadores».
«A la FIFA le parece normal ocupar unilateral y abusivamente un ámbito que –en una gobernanza moderna y abierta– corresponde naturalmente a los interlocutores sociales y, por tanto, a la negociación de los convenios colectivos entre los sindicatos de jugadores y las organizaciones representativas de los clubes», esgrimen desde la Fifpro en su comunicado, que a través de su presidente en Europa, David Terrier, han sentenciado: «Todos los intentos de diálogo han fracasado, ahora nos corresponde a nosotros garantizar el pleno respeto de los derechos fundamentales de los jugadores llevando el asunto ante los tribunales europeos y, por tanto, ante el Tjue. No se trata de estigmatizar una competición concreta sino de denunciar tanto el problema de fondo como la gota que ha colmado el vaso».
