La afición del Real Madrid celebró una gran parada de Thibaut Courtois como si fuera un gol. El meta belga, que regresaba 11 meses después bajo los palos, se llevó un mano a mano ante Chris Ramos, en el que el delantero se quedó solo ante él pero no consiguió batirle. Con 0-0 en el marcador, el jugador cadista se zafó de la defensa y se plantó ante el portero del conjunto blanco. Sin embargo, Courtois demostró que, a pesar de la inactividad, no ha perdido sus reflejos, intuición y calidad, despejando lo que era un gol cantado.
El Real Madrid se jugaba poder cantar el alirón al término del Girona–Barcelona, necesitando ganar para poder tener cualquier opción. Se les estaba resistiendo a los de Ancelotti, puesto que no eran capaces de encontrar puerta. Pese a ello, Courtois estaba prácticamente inédito, puesto que los andaluces apenas habían pisado su área. Hasta que en el minuto 50 tuvo que intervenir. Ramos se plantó en velocidad ante él y el meta, que salió al punto de penalti, lo detuvo y evitó el que era el primer tanto del Cádiz.
La afición, que estaba a la espera de un gol del Real Madrid, lo celebró como si se tratara de uno. Lógicamente, fue algo similar, puesto que evitó el primer tanto del Cádiz, que hubiera exigido a los madridistas a dar un extra si querían llevarse el partido y seguir teniendo opciones de alirón en la jornada 34.
Courtois volvió con una parada espectacular
Courtois era el gran protagonista del partido. El belga volvía a la titularidad con el Real Madrid tras 335 días. En este tiempo, había sufrido una rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda a la que le siguió una rotura del menisco interno de la rodilla contraria, la derecha. Pero ya está en condiciones de volver bajo los palos del conjunto blanco y ante el Cádiz se estrenó tras 11 meses apartado de la titularidad.
No lo pudo hacer mejor, puesto que el meta del conjunto madridista sacó la que tuvo, permitiendo a los suyos mantener el empate al salvar una ocasión clarísima de Chris Ramos. Minutos después, los de Ancelotti se adelantaban por medio de Brahim, que asistía después a Jude Bellingham para que hiciera el segundo.
El Real Madrid estaba obligado a ganar en el Santiago Bernabéu para poder cantar el alirón el mismo sábado. Sin embargo, no dependían de sí mismos para hacerlo. Tenían que sacar los tres puntos y, además, necesitarían de un favor del Girona, que jugaba en Montilivi a las 18:30 horas ante el Barcelona. En caso de que los madridistas logren su 36ª Liga, sería en diferido, a la conclusión del derbi catalán si los de Míchel lograban imponerse o empatar en su pelea por la Champions y por alcanzar la próxima Supercopa de España.