Arda Güler lideró a la unidad B del Real Madrid en el debut del equipo blanco en la Copa del Rey, un partido contra la Deportiva Minera, de Segunda Federación, en el que se reivindicó con un doblete. El primero de sus dos goles fue de puro genio y, aunque le ayudó la suerte con el toque en la defensa local, el turco dejó claro su sello de identidad para hacer el 0-3 que sentenciaba un encuentro sin demasiada historia.
Pero a Güler, al que las circunstancias le hicieron estancarse tras un brillante final de la pasada temporada, no le importa el escenario, rinde igual de bien, le pongan donde le pongan. Ya lo demostró en Gerona hace un mes, cuando marcó el segundo del Real Madrid en una victoria crucial que dio aire a los de Carlo Ancelotti tras un doloroso batacazo en San Mamés.
Y esa esencia de la que hablamos es su facilidad para hacer goles. Con tres chispazos, Güler ya lleva esa cifra de goles esta temporada en apenas 722 minutos jugados. También lleva el mismo número de asistencias en los 22 partidos que ha disputado en el presente curso, la mayoría de ellos como suplente (14).
La fuerza mental del turco es otro de los factores que le han mantenido firme durante dos años en los que muchos otros jugadores de su edad habrían tirado la toalla. Güler se sobrepuso a todo tipo de problemas físicos en la temporada de su debut como futbolista del conjunto blanco para acabar registrando unos números más que notables a final de curso (seis goles).
Un Güler sobresaliente
En la segunda, Güler está aprendiendo lo que es el Real Madrid de Ancelotti, un equipo en el que manda la jerarquía y sobre todo en el que el pasado no importa y lo que hayas hecho en este se olvida al día siguiente. El turco se ha reinventado tanto física como futbolísticamente para ejecutar a la perfección lo que el entrenador italiano le pide: dar el 100% en todas y cada una de sus actuaciones.
Con 19 años, en Valdebebas son conscientes de que su talento está a la altura de muy pocos futbolistas, o de ninguno, y por eso siguen motivándole y apostando por el día a día. En el césped es cuestión de tiempo que su ímpetu se traduzca en protagonismo y titularidades. De momento, en la última que ha tenido este lunes ante la Minera ha sido el más destacado junto a Luka Modric, rubricando un gran partido con dos goles.
Güler realizó un alarde más de su facilidad de cara a puerta. La que le cae al turco va para dentro. Como decíamos, el primer gol, aparte de por su empeño, vino con algo de fortuna, esa que poseen los genios cuando su equipo más lo demanda. Y en el segundo fue el jugador que estaba ahí para rematar a puerta vacía una asistencia de Fran García tras una jugada genial del lateral izquierdo.
Además, demostró la calidad humana que también tiene al dejar un bonito momento en el descanso del partido. Aprovechando el intervalo, Güler y un jugador de la Minera intercambiaron sus camisetas, cumpliendo así el sueño de un soldado del equipo murciano.
El turco busca más en la Supercopa
Arda sabe que su gran oportunidad pasa por actuaciones como la de este día de Reyes, en el que sacó a relucir su magia para recibir un gran regalo que se labró él mismo en forma de doblete y que le asegura, cuanto menos, estar en las quinielas para dar la sorpresa en algún once de la Supercopa de España.
Arda Güler lideró a una unidad B en la que también despuntaron Brahim Díaz y Endrick, a los que le falló el acierto que caracteriza precisamente al turco. Su brillantez en los regates, en la aceleración y en el disparo es lo que les diferenció de estos dos jugadores que se quedaron con la miel en los labios. El turco ha llamado a la puerta con fuerza y está dispuesto a derribarla con más presencia en el dibujo de Ancelotti.