El Real Madrid de las seis Champions de doce es un prodigio suficientemente loco como para sentar un protocolo que permita a otro equipo, incluso al propio Madrid, poder emularlo. La concentración de talento en todas las posiciones fue descomunal e irrepetible y, por tanto, los autores materiales de la gesta son múltiples. Sin embargo, algo fue común a las seis y fue el dominio desde el centro del campo. Kroos, Modric, Casemiro, a veces Isco, fueron protagonistas en la mayoría de estos éxitos. Jugadores de una calidad absoluta que sabían competir cómo nadie en los días más señalados y que manejaban los partidos creando un contexto favorable para su equipo.
Kroos y Modric, jugadores que podrían estar en el ranking de mejores centrocampistas de la historia, tuvieron como nota común que alcanzaron su mejor nivel en la mitad de su carrera. Modric llegó al Madrid con veintiséis años y con la duda de si era mediapunta o centrocampista. Al margen de las faltas de respeto que se produjeron con su fichaje, lo cierto es que todavía no era el jugador que lideró tiempo después al Real Madrid. Kroos había empezado como mediapunta y a los veintitrés comenzó a ser el eje de sus equipos. En el Barcelona algo parecido ocurrió con Xavi e Iniesta, a los que costó unas cuantas temporadas pertenecer a la élite futbolística.
Pongo estos ejemplos porque a veces olvidamos que Arda Güler es un mediapunta que acaba de comenzar el viaje hacia el centro del campo a sus veinte años. Cuando el Madrid le convenció y ficho, la promesa fue que sería el siguiente Modric para el equipo. Obviamente, no se le ponía ese listón en cuanto a nivel, pero sí en cuanto a rol. En el verano de 2025, el Madrid se despidió de Modric y tuvo que elegir entre apostar por Güler o romper su promesa fichando a otro jugador más hecho y arriesgarse a perder al turco. Fue entonces cuando comenzó esa inversión anunciada por Xabi Alonso.
En Güler estamos viendo un jugador dominante y muy productivo en la mayoría de partidos, pero que de momento sufre mucho en contextos más exigentes. Con la excepción de Ceballos, lo cierto es que es el único jugador de esas características en la plantilla y apostar por él es casi imperativo. Quizás lo que no ha terminado de medir bien el Madrid es el acompañamiento que debe tener un jugador que acaba de dejar la edad juvenil y que habla un idioma único en ese centro del campo. Paradójicamente, la presencia de un Kroos le restaría minutos, pero también le daría más facilidad y un socio inmejorable en los que pudiese disputar.
Llegará el verano y el Madrid hará balance de cómo ha ido la apuesta. Tengo claro que Guler es un jugador que puede acabar siendo diferencialmente bueno en esa posición, pero que también lo razonable es que necesite tiempo.