Carlo Ancelotti recarga baterías antes del derbi. El técnico del Real Madrid volvió a repetir de nuevo la fórmula que le está funcionando y apostó por sus hombres de confianza. Volvió a salirle bien, por lo que pudo aprovechar en los minutos finales para dosificar las fuerzas de su columna vertebral de cara al importante partido del domingo, en el que los blancos pueden dejar encargado el título de Liga.
El apretado calendario del conjunto blanco en el último mes y la exigencia de los partidos que han tenido que solventar –midiéndose a rivales directos– ha provocado que Carletto deje poco margen a la sorpresa. El entrenador, pese a que ha tenido oportunidades, no ha querido variar un ápice su once, cargando de minutos a sus titulares, que apenas han descansado.
Durante el transcurso de los partidos, además, el técnico ha pecado de ser poco intervencionista. Apenas ha realizado modificaciones, salvo en los minutos finales y, normalmente, sin agotar los cinco cambios. Hasta el partido ante el Inter. Entonces, con la primera plaza del grupo atada, Ancelotti sí que dio descanso a dos de sus innegociables en centro del campo, arriesgándose a que el equio se derrumbase.
Casemiro y Kroos fueron los primeros jugadores en salir del terreno de juego. Los dos son fundamentales en todos los aspectos para los madridistas, por lo que su presencia sobre el terreno de juego no se negocia. Como ha dicho el ténico, no va a rotarles por el mero hecho de hacerlo, pero al tener un partido de la envergadura del que medirá este fin de semana al Atlético, una vez encarrilado el objetivo en la máxima competición, toca reservar energías y evitar que la carga de minutos se cobre facturas.
Los madridistas ganaban por la mínima al Inter y el empate también les servía para ser primeros, por lo que necesitaban dos de los italianos para arrebatarles la primera plaza. Algo que provocó que Ancelotti interviniese incluso más pronto de lo que suele hacerlo, dejando más de 20 minutos para los que estaban de refresco y agotando cambios en el 80′ con la entrada en escena de Eden Hazard siete partidos después de jugar sus últimos minutos, buscando que encuentre sensaciones poco a poco.
11 partidos invicto con los mismos
Carlo Ancelotti tiene motivos para haber dejado a un lado las pruebas y las rotaciones, salvo en los momentos obligados. El entrenador del Real Madrid comenzó la temporada testando a sus jugadores y valorando cuáles eran las mejores opciones en el once, hasta que se torció el magnífico arranque del equipo. Dos derrotas ante Sheriff y Espanyol de manera consecutiva hicieron cambiar el chip al entrenador, que a partir de ahí se refugió en lo que ya sabía de antemano que funcionaba.
Tras el parón de octubre, tras las únicas derrotas hasta la fecha de la temporada, el entrenador tiene un once muy perfilado, en el que Rodrygo y Asensio se disputan la única plaza en juego. Al resto les ha cargado de partidos durante las últimas semanas sin apenas descanso, debido también a las complicaciones del calendario.
Los blancos se encuentran inmersos en su particular cuesta de diciembre. Partidos cada tres días y ante rivales de gran entidad hasta el derbi del próximo domingo en los que los blancos tenían la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa. Se medían a Sevilla, Athetic, Real e Inter y, a falta de Atleti, Cádiz y de nuevo el Athletic, suman pleno de victorias. Con lo logrado desde aquellos tropiezos, son nueve victorias en 11 partidos, de los que se han escapado dos empates.
Todo ello, jugando con los mismos y con jugadores como Benzema pagando los excesos. Ahora, con vistas a dar un golpe casi definitivo a la Liga, Ancelotti se protege y recarga su energía, la de jugadores de suma importancia para el técnico italiano.