Una de las grandes sensaciones en este inicio de temporada en el Real Madrid ha sido la aparición de Eduardo Camavinga. El último fichaje realizado por el club en el pasado mercado ha destacado por su enorme talento nada más llegar, convirtiéndose en una clara garantía en la rotación para Carlo Ancelotti. Sin embargo, hay algo que preocupa al técnico madridista y es la alta intensidad con la que el francés entra a los partidos.
A pesar de los grandes detalles que ha dejado el joven futbolista, incluyendo sus asistencias y sus goles, algo que ha marcado su comienzo del curso son las ganas tremendas por demostrar que está preparado para afrontar este importante paso adelante en su carrera. Una actitud que le supera por momentos y le lleva a ir más revolucionado de lo normal.
Ante Osasuna se apreció claramente. Camavinga fue de la partida. El jugador se ha ganado la confianza de Ancelotti desde el momento de su llegada, lo que le ha llevado a ser titular en tres de los seis partidos de Liga que ha disputado. Contra los navarros, las ausencias de Modric y Valverde le llevaron a volver a salir de inicio, pero duró sobre el césped 45 minutos.
Motivado y peleando en cada acción como si los blancos se jugasen todo, Camavinga pecó de pasarse de revoluciones y acabó pagándolo. Vio la amarilla antes de llegar a la media hora y el italiano tuvo que darle un toque pocos minutos después. «Edu, que tienes tarjeta», le espetó desde el banquillo. Su alta intensidad le podía pasar factura, por lo que en el descanso decidió dejarle en el vestuario. Y es que no es la primera vez que le sucede al galo.
Desde que debutó con el Real Madrid, ha sido incapaz de jugar un partido completo. En dos de las tres ocasiones en las que ha sido titular, ha terminado sustituído en el descanso, coincidiendo siempre con que los blancos eran incapaces de ir ganando y con que tenía amarilla. Además, en seis encuentros disputados en Liga –243 minutos– ha visto cuatro tarjetas.
Ancelotti, enfocado en que mejore
Carlo Ancelotti sabe que tiene en sus manos a un talento que apunta a estrella, pero que tiene varias cosas que pulir. El entrenador ya le ha dado algún toque en ruedas de prensa, en los partidos en los que el futbolista ha brillado, tratando de rebajar las altas expectativas que se han puesto sobre la figura de Camavinga.
El italiano sabe que debe trabajar en varios puntos con el mediocentro y así lo ha dejado caer en varias ocasiones, señalando que «tiene calidad, pero debe mejorar». Dos de ellos serían el apartado táctico y en defensa, pero también en el autocontrol. El jugador debe aprender a gestionar todo tipo de situaciones en las transiciones del rival y entender cuándo debe ir a cortar la jugada y cuando no. Algo que irá logrando a medida que gane experiencia.
Ese es, precisamente, otro de los aspectos que ha destacado el técnico en numerosas ocasiones. Ancelotti ha dejado claro que los jugadores jóvenes como Camavinga deben encontrar un equilibrio entre su gran talento y la esperiencia, pero esta se gana trabajando y con minutos. Sólo así el francés podrá mejorar su exceso de revoluciones y llegar a ser una auténtica garantía para suplir a cualquiera de los incombustibles veteranos.