Carlo Ancelotti ganó un central tras comprobar como jugó Aurélien Tchouaméni ante Osasuna en el estadio Santiago Bernabéu. Un central de emergencia, pero un seguro atrás que tranquiliza al técnico italiano. El francés tuvo que retrasar su posición para formar en el centro de la defensa junto a Antonio Rüdiger frente a los navarros y el resultado fue más que positivo.
Tchouaméni estuvo muy seguro en el centro de la zaga, siempre pendiente de estar bien colocado y de Antonio Rüdiger. Sin arriesgar más de la cuenta, pero muy bien asentado. Sacó muy bien jugado el balón durante todo el encuentro, cortó una ocasión peligrosa de Osasuna, ganó todo por arriba y dio un buen balón a Vinicius que provocó el cuarto gol.
Tchouaméni firmó un partido muy completo en el centro de la defensa. En su primera vez como central, se puede decir que el francés estuvo de sobresaliente. Sin florituras, pero perfecto. Es cierto que Osasuna le ayudó, ya que los rojillos sólo amenazaron la portería de Kepa de manera decidida en el tramo final de la primera mitad, pero esto no debe quitar mérito a un futbolista que sigue siendo capital en el once titular de Carlo Ancelotti.
Ancelotti, encantado con Tchouaméni
Tras el encuentro, el propio Ancelotti bromeó y confirmó que estaba encantado con el partido de Tchouaméni en el centro de la defensa al ser preguntado por la amarilla que vio Rüdiger, la cuarta, por lo que está a una de tener que cumplir sanción. Teniendo en cuenta que el siguiente partido es contra el Sevilla y después llegará el Clásico, debe tener mucho cuidado.
«No he hablado con él de esto y tampoco le voy a decir algo a un jugador que está a una amarilla de la suspensión. Cuando le suspendan pondremos a otro. Tenemos muchos centrales. A Tchouaméni no le gusta ser central y ahí tenemos otro debate, como con Camavinga. Llegará un día que Tchouaméni juegue de central y Camavinga de lateral izquierdo», aseguró el italiano.
El francés es intocable
Tchouaméni sigue creciendo. Tras comenzar su andadura como jugador del Real Madrid a un grandísimo nivel el pasado curso, el Mundial de Qatar le dejó tocado en lo físico y en lo anímico. Llegó a perder la titularidad y Ancelotti no contó con él en los partidos claves, pero este curso está demostrando que es una pieza intocable en el once del italiano. De hecho, el día que prescindió de sus servicios, en el derbi contra el Atlético de Madrid, los blancos lo notaron y terminaron perdiendo.
Tchouaméni es una pieza fundamental en el centro del campo. El pivote donde se apoyan los blancos. Su juego no es tan vistoso como el de otros, pero sí es imprescindible. Corta, juega y da equilibrio a la idea de Carlo Ancelotti. El italiano confía ciegamente en él y ahora también sabe que en caso de emergencia, como sucedió contra Osasuna, puede retrasar su posición para jugar de central y hacerlo notablemente. Un chico para todo y un elegido para el centro del campo.