Al Real Madrid se le escapó un triunfo vital de cara a meterse en cuartos de la Champions. Las blancas no pudieron pasar del empate a uno ante un Chelsea que se vio superado durante buena parte del encuentro, pero al que le sonrió la suerte para lograr salvar un punto en el Di Stéfano. Weir adelantaba al conjunto madridista tras un error grotesco de la portera, pero Reiten puso las tablas desde el punto de penalti tras mandarla al palo y que el balón rebotase en la espalda de Misa. Un resultado nada bueno para las de Toril, que visitarán al PSG en la próxima jornada con la obligación de no perder para seguir con opciones.
Después de haber recuperado sensaciones en Liga, llegaba la visita de un Chelsea lanzado, que apenas ha cedido puntos esta temporada. 11 victorias consecutivas encadenaban las inglesas hasta su llegada a Valdebebas. Sin especular, buscaron adelantarse desde el principio, disponiendo de una cuádruple ocasión en el primer minuto de juego que entre Misa y el larguero repelieron.
El susto provocó una reacción inmediata en las madridistas. Toril había ido con todo. Weir, Athenea, Feller y Esther aparecían arriba, mientras que se guardaba con tres centrales. Comenzaron a carburar y se hicieron con el control del balón, sabiendo descoser a la defensa londinense rompiendo por dentro. Tuvo Olga el primero, pero este no llegó hasta un error clamoroso de la portera Berger, que le regaló el balón a Weir y la estrella madridista no perdonó. Antes, habían mandado las londinenses otro balón al poste tras un fallo atrás.
El gol dejó más que tocadas a las inglesas, que ni tras el paso por vestuarios supieron reaccionar. Al contrario, las dudas generaban cada vez más fallos que el Madrid no supo aprovechar. Se retorcía Toril en la banda sabedor de que no materializar esos errores podían llevar a lamentos posteriores y así fue. Ivana cometió un penalti que supuso el empate cuando el Chelsea menos lo merecía. Para colmo, el lanzamiento de Reiten se estrelló en el palo pero rebotó en la espalda de Misa, que adivinó la dirección, y acabó dentro.
Salvo ligeros minutos en las que las blues ganaron un protagonismo que apenas habían tenido, el peso del partido lo siguieron llevando las madridistas, que buscaban el gol que les diese los tres puntos. Lo tuvo Olga en un mano a mano que detuvo la portera. Al final, tuvieron que conformarse con un empate que las obliga a no perder en París si quieren mantener opciones de meterse en cuartos.