Unicaja Málaga y Real Madrid se enfrentan este martes en el cuarto partido de semifinales de la Liga Endesa, un nuevo duelo por el segundo y último pasaporte a la eliminatoria por el título que será de altísima tensión tras todo lo ocurrido a lo largo de la serie. Si recopilamos todos los piques, faltas y enfados desde que se abrió la veda en el Movistar Arena, es lógico pensar que este encuentro será el más caliente de toda la saga.
Por un lado, está el equipo andaluz, el que más sabe aferrarse a la vida en este tipo de escenarios adversos. Llegó el pasado domingo a su pabellón, el Martín Carpena, tras encajar un 2-0 en la capital de España, y sorprendió con una bestial primera parte al equipo blanco, al que no le valió su gran reacción en la segunda para ganar y meterse en la final contra el Valencia Basket.
El Real Madrid tuvo la prórroga, pero una falta antideportiva pitada a Dzanan Musa sobre Kendrick Perry otorgó a Unicaja dos tiros libres y posesión a siete décimas de que sonara la bocina y el triunfo acabó cayendo de un lado local que ganaba una vida extra. Los árbitros no pudieron rebobinar la canasta de Usman Garuba, pero sí tomaron la peor decisión posible para los intereses de los blancos, que eran esas dos opciones de puntos para los de Málaga.
El cuerpo técnico del Real Madrid y los jugadores se desesperaron en el banquillo porque Musa no tuvo ninguna intención de herir a Perry, que acabó con la cara totalmente ensangrentada. No fue la única imagen de guerra que se vio en el partido, ya que además del rasguño del base cajista, Yankuba Sima también se fue al vestuario con una brecha en el párpado y el ojo lleno de sangre. Dos soldados caídos para Ibon Navarro, más Tyson Pérez, que se lesionó del tobillo, y Melvin Ejim, que fue descartado porque, por palabras de su entrenador, «no podía ni andar».
Chus Mateo e Ibon Navarro, protagonistaas
Precisamente los entrenadores están teniendo mucho que decir en esta serie. Después de las airosas protestas de Ibon Navarro en el Movistar Arena tras el segundo partido tanto en el vestuario como en la sala de prensa, Chus Mateo tomó la palabra en el Carpena con un discurso conciliador y dejando claro que se centraba en hablar única y exclusivamente de baloncesto en sus comparecencias y no de los árbitros.
Un pulso que mantuvo Ibon Navarro justo después, aclarando que su protesta en el Palacio no fue por las faltas de juego, sino porque, a su juicio, los árbitros no respetaron a Olek Balcerowski y trataron «como si fuera un moco» al joven pívot de 24 años. Toda esta recapitulación de los acontecimientos confluirá en el cuarto episodio este martes, de nuevo en el Carpena.
El Real Madrid, concentrado en Málaga, se entrenó en el pabellón y sólo Walter Tavares dio una breve valoración sobre el choque, trasladando un mensaje común de la plantilla, que pasa de entrar al juego de Unicaja: «Tenemos que centrarnos en nosotros mismos y no perder tantos balones. Nuestra motivación es que nos queda una victoria para pasar a la final y mañana nos vamos a dejar la vida».
Octavo Unicaja-Real Madrid de la temporada
La historia reciente entre los dos equipos marca la pauta de lo que puede ser el partido. Dos finales, dos partidos de fase regular y tres de play off… con victorias para Unicaja en los dos títulos (Supercopa y Copa del Rey) y ganas de venganza de un Real Madrid que sólo piensa en abrochar la serie y regresar al Palacio para comenzar su quinta final en cinco años contra Valencia. A las 21:15 horas arranca un nuevo episodio de esta preciosa batalla de baloncesto.