Nuevo compromiso en el Palacio de los Deportes para el Real Madrid y otra victoria que sirve para demostrar la mejor cara de los blancos en un inicio de año que no comenzó bien, con derrota en el Clásico, pero que ha continuado con sendas exhibiciones que devuelven el optimismo a la parroquia merengue. El Madrid se impuso con claridad y espectáculo (105-85) a un Gran Canaria que lo intentó pero no pudo seguir el ritmo de acierto de los de Chus Mateo.
Fue un encuentro llamado principalmente por los ataques, con Gran Canaria rozando el notable, pero sin poder acercarse al sobresaliente que cosechó el Madrid tanto en el triple, con doce anotados, como sobre todo en los tiros de dos, donde las asistencias en transición destacaron en lo eficiente y en o espectacular para hacer las delicias de los aficionados, que disfrutaban en las gradas de un nuevo triunfo en Liga Endesa que permite que el Real se alce al liderato, compartido con el Barcelona.
Después de una semana dura, máximo reparto de minutos de Chus Mateo, al que le salió la jugada a la perfección. En gran medida, por la labor de Tavares, excelso esta vez en anotación con 21 puntos –y 5 tapones– en apenas 18 minutos. Hubo tiempo para todos, siendo Cornelie, sin llegar a los 22 minutos, el jugador que más tiempo estuvo en pista para un Madrid enchufado y que pasó de 25 puntos –con proyección de 100–en cada uno de los cuartos del encuentro.
También hay que destacar la labor de Poirier y Musa, con 15 puntos cada día y consolidándose, sobre todo en el caso del francés, como un arma secundaria de anotación que también puede aportar en lo defensivo. El número de ataques de un ritmo frenético hizo que Gran Canaria, que flojeó algo en defensa ante el vendaval que tenía encima pero superó el examen en ataque, alcanzara los 85 puntos. Por los isleños, el más destacado fue el joven y prometedor pívot Khalifa Diop, con 18 puntos y varios mates de renombre.