El Real Madrid atraviesa una grave crisis lejos del WiZink Center. Cuando el equipo blanco abandona su pabellón, el cual ha convertido en un fortín inescrutable donde ha logrado todas sus victorias de la temporada (6), se derrumba por completo, sumando ya una racha de seis derrotas fuera de casa. La caída de los de Chus Mateo en los últimos cuartos y las concesiones al rebote ofensivo de sus rivales están imposibilitando cosechar apenas un triunfo a domicilio.
Ese seis de seis está haciendo mella en el seno madridista, que todavía disputará dos partidos más como visitante en los próximos siete días antes de regresar a Goya. El primero de ellos será en Murcia, donde visitará el pabellón del UCAM, precisamente donde logró su última victoria sin ser local. Será este domingo a las 18:30 horas, cuando habrán pasado más de cuatro meses, exactamente 145 días, de aquella hazaña con la que levantaron el título de la Liga Endesa con un global de 3-0 a los murcianos en la final.
La situación ahora es radicalmente distinta, con unos jugadores y un entrenador que no ofrecen ningún tipo de garantía cuando se trata de jugar en territorio hostil. La gran oportunidad llegó este jueves con un pabellón de Belgrado vacío y un Maccabi Tel Aviv sin su afición de forma obligada por el conflicto de Israel, pero una canasta de Saben Lee frenó la primera victoria del Real Madrid fuera de casa, al que sólo le quedó una décima para intentar lo imposible y no le salió.
Ni con una ventaja de nueve puntos con la que se escapó al último parcial pudieron sobrevivir los blancos ante las embestidas del Maccabi, su último verdugo de una larga racha de batacazos que ya empieza a preocupar. Especialmente por ese derrumbe de las segundas partes, en las que pese a haber dominado la mayoría de los encuentros, acaban condenando a los de Chus Mateo.
Un balance letal de puntos para el Real Madrid
El global es de -48 puntos en los cuartos parciales de las derrotas en Euroliga, donde han enlazado cuatro traspiés lejos del WiZink (24-14 contra Maccabi, 23-10 ante Olympiacos, 28-20 frente al Baskonia y 33-16 con el Bayern de Múnich). Además, la sangría de los rebotes ofensivos con 33 capturas concedidas en los dos últimos choques que afea el juego del Real Madrid y que aporta a los oponentes una sobredosis de oportunidades que a nivel europeo es letal. También en España, donde todavía no han ganado a la espera de ver qué sucede en Murcia, pues la última visita fue el 13 de octubre en Bilbao.
Hay que remontarse a la última temporada de Pablo Laso en el banquillo blanco para encontrar unos datos tan negativos. Entre febrero y marzo de 2022, el Real Madrid sumó seis tropiezos seguidos fuera de casa en la Euroliga (Fenerbahce, Zalgiris, Estrella Roja, Efes, Maccabi y Panathinaikos), que enlazó con otras tres en Liga (Gran Canaria, Barcelona y Bilbao).
«Hemos tenido la opción de llevarnos el partido cuando hemos conseguido una buena ventaja en el último cuarto, pero nos está ocurriendo durante este año que estamos tomando malos tiros y malas decisiones en ataque. Nuestro equipo lo intenta, pero no llegamos al objetivo, que es ganar fuera de casa», afirmaba Chus Mateo en la rueda de prensa posterior al duelo en la capital de Serbia tan sólo un día después de rebajar la presión en este sentido: «Estamos buscando esa victoria fuera de casa, sin obsesionarnos, con tranquilidad e intentando hacer bien las cosas».