Un triunfo heroico. Un arrebato de amor propio mezclado con talento que ha vuelto a llenar la moral de un equipo que parecía muerto. El Real Madrid tuvo la reacción que necesitaba para resucitar en la serie ante Anadolu Efes cuando se estaba despidiendo virtualmente de la Euroliga hasta el año que viene, y ahora, con dos partidos por delante, están dispuestos a hacer otro milagro y forzar el regreso de la eliminatoria a Estambul con un quinto partido a vida o muerte.
Para ello, los blancos deberán volver a derrotar a Efes (jueves, 21:00 horas), en un Wizink Center que a falta de público sigue manteniendo el aura de las grandes noches del equipo. El escenario descubierto en la mágica noche del martes no apunta a volver a repetirse, toda vez que un parcial de 16-0 ante uno de los mejores equipos de Europa no resulta sostenible, por lo que el Real Madrid tendrá que buscar su versión más sólida para igualar una serie que, recordemos, estaba perdida a cinco minutos del final del tercer partido.
La moral del vestuario está por las nubes, pero dentro del clima de euforia fruto del espectacular triunfo en el tercero, no apartan la vista de lo que viene por delante. «Queremos hacer otro milagro», deslizan desde dentro, jugando con la palabra que se ha asociado a lo que necesitaba el Madrid después del 2-0 fraguado en Estambul y, que se acrecentó con el escenario de partido visto en los primeros 35 minutos del tercero.
Los jugadores madridistas son conscientes de las numerosas bajas que asola la plantilla de Pablo Laso, pero también que el rendimiento de los teóricos secundarios ha sido menospreciado por la opinión pública. Rudy, Thompkins, Abalde y sobre todo, Sergio Llull, demostraron que pueden seguir liderando al equipo en momentos concretos y ahora, repletos de confianza, quieren repetir triunfo y aprovechar el duro golpe que ha podido afectar a Efes para el resto de la eliminatoria, después de verse como tempraneros ganadores.
Sin triple no hay paraíso
Las opciones del Real Madrid pasan por aprovechar la subida a la cresta de la ola tras la extraordinaria remontada del martes y hacerse dueños de la serie en lo anímico, acercando unas fuerzas que en términos de talento y profundidad, siguen siendo superiores en el bando otomano. El rebote fue el principal argumento madridista en la remontada junto al gran arma de la última década en el Madrid, el lanzamiento de tres puntos.
Obtener un acierto notable desde la larga distancia es condición sine qua non para que el Madrid alcance la velocidad de crucero necesaria para competir con el todopoderoso Efes. El triple ha sido el termómetro merengue en la serie. Horribles durante los dos partidos, el Real no pudo competir con su rival, y en el tercero de nuevo los porcentajes eran bajos… hasta que Llull resucitó al equipo y provocó la ebullición, cimentada en el acierto desde el 6,75.
‘Los de la remontada’… ¿y Tavares?
Los hombres de la remontada apuntan también a contar con mayor protagonismo en el cuarto partido de la eliminatoria. Llull será el base principal del equipo –que no necesariamente titular– mientras no se demuestre que su inspiración baja, y Rudy y Thompkins, siempre que su físico esté a tope, subirán su protagonismo en minutaje y sistemas. Los otros dos nombres del triunfo, Abalde y Garuba, representan la savia nueva y también el físico que debe complementar a los veteranos, grupo en el que también se encuentra Alex Tyus, recuperado para la causa en el día D.
El elemento diferencial con respecto al tercer partido, más allá de una regularidad imprescindible para no necesitar una nueva machada, puede estar en Walter Tavares. La presencia de la torre madridista es de nuevo ‘game time decision’, con la duda hasta última hora que se confirmará en los minutos previos. El caboverdiano, al igual que en el tercero, quiere forzar para estar con sus compañeros, pero serán sus sensaciones las que acaben por decidir su presencia o su ausencia en el segundo match ball del Real Madrid en la Euroliga.