España sufre, se exhibe y se clasifica para semifinales (1-3)
Era una final y se vio desde el principio. España y Portugal se jugaban un puesto en la semifinales del Europeo. Una victoria suponía dar un golpe en la mesa y mandar un aviso a los rivales de los otros grupos. Sin embargo, una derrota significaba estar con un nudo en la garganta hasta el viernes. No había margen de error y los dos combinados lo sabían.
El partido comenzaba y eran los lusos los que daban un paso hacia adelante. Se hacían con el balón desde el principio y buscaban la meta defendida por Kepa sin complejos. Mientras, España sufría. Al arquero del Athletic le llegaban balones desde cualquier sitio. Los portugueses no dudaban a la hora de armar la pierna y soltar latigazos. Y uno de esos disparos asustaron de verdad. Podence se sacaba un remate seco y potente que se estrellaba en el palo izquierdo español. Susto de esos que te zarandean. Y así sucedió.
España se dio cuenta de que seguir jugando así no iba a llevar a ningún sitio y comenzó a hilar su juego. Asensio combinaba con un Ceballos que se hacía con la titularidad. Deulofeu comenzó a encarar sin complejos. Y Saúl dio con la tecla. Como ante Macedonia, el del Atlético de Madrid tiraba de calidad para deshacerse de los rivales y efectuar un disparo que, tras tocar en un zaguero, terminaba besando las redes de Bruna Valera. Premier disparo, primer gol.
Sin tomarse un respiro para disfrutar, España, o reflexionar, Portugal, el juego volvió a comenzar a un ritmo frenético. Los de Celades esperaban las acometidas de los vecinos ibéricos atrás y buscaban salir con la velocidad de cualquiera de los atacantes. Los lusos trataban de volver a coger las riendas para buscar la igualada. Pero los nuestros no estaban por la labor de permitirlo y la defensa, ayudada por un espléndido Marcos Llorente, sostuvo al combinado nacional en los momentos más complicados. Y cuando se podía, a correr.
Así lo hizo Marco Asensio cuando se encaraban los últimos minutos de la primera mitad. El mago balerar corría, levantaba la cabeza, cedía a un Bellerín que siempre tuvo fe y el lateral estuvo muy cerca de hacer el segundo, pero el meta rival se hacía enorme para evitarlo. Minutos después, otra vez con Asensio como asistente, el madridista tiene pases para todos, Sandro pudo hacer diana, pero su disparo desde la frontal se marchó por muy poco.
Antes de que se llegara al descanso, Portugal volvió a la carga ofensiva, con el valencianista Cancelo como mayor peligro luso. Pero finalmente, España pudo mantener el tipo para irse con ventaja al intermedio.
Pegada española
La reanudación no cambió el guión. Portugal volvió a la carga atacando una y otra vez la meta de Kepa. Aunque en la primera oportunidad Asensio estuvo muy cerca de lograr una diana que casi hubiese sido definitiva, pero cuando esférico ya había superado al meta un zaguero luso la sacaba bajo palos.
No lo pasaba bien España. Portugal se hacía grande y los de Celades no eran capaces de encontrarse cómodos. Parecía que el empate rodaba en el ambiente, pero la selección está demostrando que tiene la pegada como forma de vida. Conducía Deulofeu, pisaba línea de fondo, levantaba la cabeza, cedía a Sandro y el canario de primeras metía el esférico por el primer palo. Cuando menos se esperaba, España golpeaba. Y esta vez servía casi para sentenciar. O no.
Parecía que todo estaba bajo control. Portugal empezaba a desesperarse y en estas a emplearse con una dureza impropia. Mientras, España trataba de controlar el encuentro con una de sus principales bazas, la posesión. Pero entonces, Bruma decidió que iba a poner picante al encuentro. Sacaban un córner los de Rui Jorge, el balón era despejado por la defensa española y el extremo empalaba desde la frontal para batir a un Kepa que parecía inexpugnable hasta ese momento. 1-2 figuraba en el marcador con algo más de 10 minutos por delante. Tocaba sufrir.
España pasó el noqueo del gol y volvió a tocar. Asensio y Denis combinaban para que el gallego estuviese a punto de cerrar el partido definitivamente. Pero su disparo se marchaba por poco. El tiempo fue pasando y España vivía encantada. No pasaba nada y cuando pasó fue bueno para los intereses españoles. Iñaki Williams demostraba a Europa porque le llaman la pantera, se subía en la moto, pisaba el área y la cruzaba a la perfección para cerrar el choque. En medio de la celebración se escuchaba el final de un encuentro que ha servido para clasificar a los de Celades a semifinales.
El próximo viernes España jugará ante Serbia el último partido de la fase de grupos. Albert Celades tendrá la oportunidad de dar descanso a los hombres que han tenido más minutos y oportunidades a los que no las han tenido hasta el momento. La sub-21 sigue con paso firme en el Europeo.
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