Los supervivientes que cortaban los cuerpos en los Andes cuentan el detalle más duro

Apenas unos días después de su estreno en Netflix, ‘La sociedad de la nieve’ ha entrado en el top 10 de las películas de habla no ingles más vistas en la plataforma. Una visión realista y desgarradora de la historia de los supervivientes de los Andes que ha logrado dos nominaciones en los Premios Oscar 2024 y se postula como una de las favoritas al Oscar a ‘Mejor Película Internacional’.

La historia de los supervivientes de los Andes

El viernes 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, un Fairchild FH-227D en ruta de Montevideo a Santiago, se estrelló en la cordillera de los Andes. Atravesando las montañas con nubes que ocultaban la visibilidad, los pilotos creyeron equivocadamente que ya habían pasado Curicó (Chile), y comenzaron el descenso hacia el Aeropuerto Los Cerrillos de Santiago. Sin percatarse de que aún estaban a unos 60-70 km de Curicó, la aeronave descendió antes de tiempo, chocando contra el filo de una montaña y perdiendo alas y cola. El fuselaje restante se deslizó por la montaña, alcanzando una velocidad de aproximadamente 350 km/h y estrellándose en el glaciar Las Lágrimas a 3570 metros sobre el nivel del mar.

A bordo viajaban 5 tripulantes y 40 pasajeros, incluyendo al equipo de rugby Old Christians Club. Tres miembros de la tripulación y diez pasajeros murieron por el impacto y las condiciones extremas. Tras semanas de penurias, incluyendo la práctica de la antropofagia para sobrevivir, los sobrevivientes enfrentaron las adversidades climáticas. El 12 de diciembre, Nando Parrado y Roberto Canessa escalaron un pico de 4.650 m y lograron llegar a Chile, donde fueron rescatados el 21 de diciembre. El 23 de diciembre, 72 días después del accidente, se rescataron los últimos supervivientes que permanecían en el fuselaje.

Fuego

En ‘La sociedad de la nieve’, los protagonistas aparecen fumando a lo largo de la película. Sin embargo, a pesar de tener cigarrillos y mecheros, nunca encienden una hoguera, según explicó el director Bayona en X (anteriormente Twitter). La razón, según el cineasta, es que «lo poco que tenían estaba demasiado húmedo como para que prendiese».

Curiosamente, la abundancia de cigarrillos entre los supervivientes se debía a que algunos de ellos eran accionistas de una tabacalera y llevaban consigo una reserva completa. Esto les permitió dosificar el tabaco durante su tiempo en las montañas y compartirlo con los demás miembros de la sociedad de la nieve. En ese momento, Chile atravesaba una escasez de tabaco, lo que convirtió la reserva de cigarrillos en un recurso valioso.

Orina negra

En la trama, los personajes enfrentan innumerables dificultades debido a la escasez de alimentos, agua y las condiciones climáticas extremas. Estas adversidades resultan en lesiones traumáticas y secuelas relacionadas con la falta de recursos físicos. Uno de los síntomas que más llaman la atención es la orina de color negro de uno de los personajes.

La coloración normal de la orina es amarillo claro, compuesta principalmente por un 95 % de agua, un 2 % de sales y un 3 % de urea, que neutraliza el amoniaco derivado de la degradación de las proteínas. Cualquier alteración en la composición de la orina puede indicar trastornos en el organismo. En el contexto de la película, la deshidratación extrema, causada por la ingesta insuficiente de agua proveniente de la nieve derretida, posiblemente condujo al oscurecimiento progresivo de la orina debido a su mayor concentración.

Otras posibles causas de este síntoma podrían ser la rabdomiólisis, una ruptura generalizada del tejido muscular que libera mioglobina en la sangre y se excreta por la orina, dando un tono oscuro; o la melanuria, una condición poco probable que implica la expulsión de melanina, un pigmento corporal, y que puede asociarse a enfermedades avanzadas como el melanoma, un tipo de cáncer de piel.

El relato de los hermanos Eduardo y Fito Strauch y Daniel Fernández Strauch

Este domingo se ha emitido una entrevista a tres de los supervivientes de la tragedia de los Andes de 1972, quienes revelaron el detalle más duro de los días que pasaron en la montaña.

Daniel destacó que solo ellos conocían «qué cuerpos se habían usado», manteniendo esa información en secreto. Eduardo añadió que seleccionaban a aquellos que les «parecían más adecuados en ese momento». Mientras, Daniel dijo lo siguiente: «El resto no lo sabía. Es muy distinto decir que hoy se van a comer a Pedro y mañana a Juan, a no saber a quién estás comiendo. Nunca lo preguntaron y nunca lo dijimos».

Asimismo, Fito describió el proceso de dividir la piel y la carne de los cuerpos, mencionando que lo realizaban de manera organizada y sin quejas por parte del grupo. Cuando e les preguntó si seguían algún criterio, explicaron que solían optar por aquellos que no conocían en lugar de amigos cercanos.

Sin embargo, reconocieron que aún así la tarea era muy desagradable. «Pero la riqueza eran los cadáveres, era lo único que nos mantenía vivos», afirmaba Fito en el programa de ‘La Sexta’.