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Mercadona

Le paga la compra en Mercadona a un chico sin dinero y la sorpresa que se lleva de otro mundo

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En la vida cotidiana, a menudo nos encontramos con situaciones que nos sorprenden y nos enseñan valiosas lecciones sobre la humanidad, como el joven que le paga la compra a una mujer en Mercadona. Los gestos de amabilidad y solidaridad pueden surgir en los momentos más inesperados, y a veces, lo que comienza como un simple acto de ayuda termina transformándose en una experiencia memorable. La generosidad tiene el poder de desencadenar efectos inesperados que van más allá de lo que podríamos imaginar.

Este tipo de situaciones nos recuerda la importancia de mantener una actitud abierta y empática hacia los demás, independientemente de las circunstancias. En un mundo donde las relaciones humanas parecen estar cada vez más marcadas por la distancia y el escepticismo, los pequeños actos de bondad pueden convertirse en los puentes que nos unen.

El vídeo en el que una mujer le paga la compra en Mercadona a un joven

@elmanuplaza ESTÁ SEÑORA SE MERECE 1000 años de vida😍!! #experimetosocial #manuplaza ♬ sonido original – MANU PLAZA

Manu, conocido en redes sociales como @elmanuplaza, es actor y creador de contenido con casi un millón y medio de seguidores en TikTok. En esta ocasión, ha decidido llevar a cabo un experimento social que pondrá a prueba la generosidad de los desconocidos.

En un supermercado de Mercadona, el joven se acerca con respeto a una mujer que está a punto de pagar su compra. Con un tono humilde y gestos medidos, le plantea lo siguiente: «Disculpe, una pregunta». Con voz apenada, le explica a la mujer que ha olvidado su cartera y que no tiene dinero para pagar lo que lleva en su cesta. Sin dudarlo, la señora asiente y, con una sonrisa amable, acepta ayudarlo.

Mientras transcurre la conversación, Manu acerca su teléfono móvil al lector de tarjetas para completar la transacción. Mientras, sigue hablando con la señora: «Pensé que había traído la cartera, pero al final no fue así», comenta mientras ella, sin darle demasiada importancia, reitera que le ayudará sin problemas. «¿Me lo paga usted?», insiste Manu. «Por supuesto», responde ella con total naturalidad, demostrando su disposición a ayudar a alguien que lo necesita.

Cuando la mujer está lista para pagar la cuenta, el cajero le revela la verdad: «¡El chico ya ha pagado!». Su rostro refleja sorpresa y confusión, pero rápidamente se ilumina con una sonrisa. Al comprender lo que acaba de ocurrir, deja escapar una risa mientras Manu vuelve para aclarar la situación: «Es un regalo para usted». La mujer, aún desconcertada, responde: «¡Pero si se suponía que yo iba a pagar!». Con una sonrisa, Manu confirma la situación: «Sí, era al revés, pero no importa. Es un experimento social».

La reacción de la señora es de alegría y gratitud, dejando entrever que, a pesar de la sorpresa, el gesto la ha conmovido. Entre risas, le da las gracias y recibe un abrazo amistoso del creador de contenido, quien le dedica unas palabras afectuosas antes de despedirse. «Que tenga un hermoso día», le dice, dejando en el ambiente una sensación de felicidad compartida.

El propósito de Manu con este experimento es evaluar la empatía y la solidaridad en la sociedad. Al menos en este caso, encontró a una persona generosa y desinteresada que no dudó en ayudar a un desconocido. «¡Esta mujer se merece mil años de vida!», exclama en la descripción del video, donde se evidencia cómo un pequeño acto de bondad puede alegrar el día a cualquiera.

Reacciones

La historia se viralizó rápidamente, generando todo tipo de reacciones y comentarios en las redes sociales.

Este tipo de contenido suele generar opiniones divididas. Por un lado, están quienes ven estos experimentos como una forma positiva de destacar la bondad en el mundo, una oportunidad para recordar que la solidaridad sigue presente en la sociedad.

Por otro, algunos consideran que son innecesarios, ya que la verdadera generosidad no debería necesitar una cámara para existir. Sin embargo, en este caso en concreto, la respuesta de la mujer deja claro que no buscaba reconocimiento ni aprobación; simplemente actuó según sus principios, ofreciendo ayuda sin esperar nada a cambio.

En cualquier caso, a lo largo de los años, las redes sociales han servido como una plataforma para este tipo de experimentos sociales, algunos con fines altruistas y otros más enfocados en el entretenimiento. Lo que diferencia a este caso en particular es la manera en que la mujer reacciona: su disposición a ayudar sin dudar y su alegría al descubrir la verdad demuestran la belleza de los actos genuinos.

En definitiva, el experimento de Manu Plaza ha demostrado que la bondad aún existe y que hay personas dispuestas a ayudar sin esperar nada a cambio. Mientras el vídeo sigue circulando, la historia de esta mujer y su generosidad al estar dispuesta a pagarle la compra en Mercadona a un joven sin dinero quedará como un ejemplo de que aún hay espacio para la esperanza y la solidaridad.