Ni Ávila ni Lugo: el impresionante pueblo amurallado al lado de Madrid

• Gemma Meca
• Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.
• • 17/12/2024 15:00
  • Actualizado: 17/12/2024 17:26

Viajar cerca de Madrid nos puede descubrir un impresionante pueblo amurallado, perfecto para una escapada de fin de semana o unas vacaciones. Ya sea en familia, con amigos, en pareja o en solitario, este enclave histórico promete una experiencia memorable a pocos kilómetros de la capital. Sus calles empedradas, sus murallas centenarias y su rica historia nos transportan a otra época, ofreciendo un escenario ideal para desconectar de la rutina urbana.

No necesitamos viajar lejos para disfrutar de un destino con encanto. Este pueblo amurallado, situado a corta distancia de Madrid, es una excelente opción para aprovechar los días libres y sumergirse en la historia de Castilla. Su proximidad nos permite ahorrar tiempo y esfuerzo en el desplazamiento, mientras nos adentramos en un entorno que combina patrimonio histórico con una atractiva oferta gastronómica local.

La visita puede complementarse con paseos por sus alrededores, donde la naturaleza se funde con la arquitectura medieval. Las murallas, perfectamente conservadas, ofrecen espectaculares vistas del paisaje castellano y son testimonio de un pasado que sigue vivo en cada rincón. Los comercios locales, las plazas acogedoras y los restaurantes tradicionales completan una experiencia que, estando tan cerca de Madrid, nos hace sentir como si hubiéramos viajado siglos atrás en el tiempo.

Ni Lugo ni Ávila

España tiene grandes ciudades en las que podemos disfrutar una gran variedad de actividades que seguro que nos impresionarán. Desde el corazón del país, del norte al sur, tenemos rincones con mucho encanto que seguro que nos sorprenderán. Por lo que, tocará estar pendientes de una serie de elementos que serán fundamentales.

Es el momento de apostar claramente por unas ciudades que nos quedan cerca y que realmente nos lo pueden dar todo y más. Son sitios que nos sumergirán en lo mejor de un territorio que tiene mucho que ofrecernos y que merece la pena que lo descubramos con calma y determinación.

No estará tan lejos como lo esperado, sino que podremos empezar a visualizar un importante cambio de ciclo que seguramente se convertirá en una nueva realidad. Es hora de que apostemos por una ciudad de esas que realmente tiene encanto, en forma de pueblo pequeño y amurallado.

El ambiente rural es uno de los que necesitamos para poder empezar a desconectar. Un buen plan si queremos reducir el estrés y empezar a cuidarnos un poco más. Atrévete a descubrir este lugar cerca de Madrid que te hará crear recuerdos increíbles.

Éste es el impresionante pueblo amurallado al lado de Madrid

El pueblo amurallado al lado de Madrid que nos enamorará a más de uno es ese lugar que queremos descubrir estas fiestas. El ambiente histórico y medieval que desprenden gran parte de poblaciones de ese periodo histórico puede verse incrementado con algunas novedades que quizás hasta ahora no hubiéramos pensado.

Palazuelos es el increíble pueblo que se presenta como: «Palazuelos es una localidad perteneciente al municipio de Sigüenza, situado al norte de la provincia de Guadalajara, en la Comarca de La Tierra de Atienza y Sigüenza. La localidad debió permanecer habitada en épocas pre-romana (integrada en las tierras de los arévacos), romana, visigoda y musulmana; pero de cada una de ellas apenas quedan restos. Es con la Edad Media y el avance de la Reconquista cuando Palazuelos comienza su andadura propiamente histórica, es decir documentada, formando parte, en un primer momento de la «Tierra y Común» de Atienza. Su historia está íntimamente unida a la de sus múltiples señores, una vez que Alfonso X el Sabio enajenó la localidad del realengo de la Comunidad de Villa y Tierra de Atienza para donarla a su amante Mayor Guillén de Guzmán, quien la legó a doña Beatriz -que será después reina de Portugal- y ésta a su vez a su hija Blanca que la vendió al infante don Pedro, pasando de éste, por venta al obispo Simón Girón de Cisneros, a pertenecer al Señorío Episcopal de Sigüenza. En la segunda mitad del siglo XIV Palazuelos fue vendido a la Casa de Mendoza, figurando en 1380, entre los bienes del Mayorazgo que Pedro González de Mendoza funda a favor de su hijo Diego Hurtado, de quien pasó en 1404 a su hija Aldonza de Mendoza. A mediados del siglo XV, Íñigo López de Mendoza -hermanastro de Aldonza- comenzó a levantar el castillo y murallas, obra que terminó su hijo Pedro Hurtado de Mendoza (los escudos de éste, Señor de Tamajón y Adelantado de Cazorla, y de su esposa se pueden contemplar en las Puertas de la Villa y de El Monte). Palazuelos estuvo desde entonces definitivamente ligado, dentro de la familia de los Mendoza, a la estirpe del Duque del Infantado, como lo atestiguan las Respuestas Generales del Catastro de la Ensenada de 1752. Durante toda la época del señorío, los habitantes de Palazuelos debían pagar anualmente por el derecho a conservar su carácter jurídico de villa, esto es: el derecho a organizarse y administrar justicia de forma no dependiente del Señor. Con la abolición general de los señoríos, en el siglo XIX, la villa comienza su andadura como municipio independiente. Durante gran parte de dicho periodo estuvo gobernada por políticos de tendencia «romanonista». Tras la Guerra Civil Española (situado en el frente de la batalla de Guadalajara) Palazuelos sufrió un grave fenómeno de despoblamiento, el llamado éxodo rural. En 1960 la evidente pérdida de población determinó la extinción del municipio y que la villa quedase integrada en el Concejo Municipal de Sigüenza. En la actualidad, el retorno de aquellos que emigraron en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX junto con la dignificación del trabajo agrícola desde el ingreso de España en la Unión Europea, han permitido un cierto renacer de la población».