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Las frases más inquietantes y enigmáticas de Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús es conocida por su entrega y amor a Dios. Patrona de los escritores, fue también conocida por su escritura y por esto debemos conocer las frases más inquietantes y enigmáticas de Santa Teresa de Jesús.

En su historia es de destacar que luchó antes de llegar a lo que ella llama su «conversión» a los 39 años. en la orden de las Carmelitas implementó una reforma que llevaba su nombre y que sirvió a la vida cristiana. la reforma que tomó su nombre. Como sabemos su muerte fue en  Alba de Tormes (Salamanca) en 1582 y se beatificó en 1614.

Las frases enigmáticas de Santa Teresa de Jesús

Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta. Sólo Dios basta.

No es otra cosa la oración, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.

Considero yo muchas veces, Cristo mío, cuan sabrosos y cuan deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama, y vos, bien mío, queréis mirar con amor.

Para mí la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías.

La tierra que no es labrada contendrá abrojos y espinas aunque sea fértil; así es la mente del hombre.

Dichoso el corazón enamorado que en sólo Dios ha puesto el pensamiento; por él renuncia todo lo criado, y en él halla su gloria y su contento.

La mejor manera de descubrir si tenemos el amor de Dios es ver si amamos a nuestro prójimo.

Aunque las mujeres no somos buenas para el consejo, algunas veces acertamos.

Busquemos siempre mirar las virtudes y cosas buenas en los otros y cuando veamos sus defectos, mirarlos con la humildad de tener presente nuestros grandes pecados… y en la duda, es mejor tener a todos por mejores que nosotros.

Aunque no supiéramos exactamente qué es amar, no nos preocupemos mucho por esto; porque sabiendo que es lo mejor, basta con ser fuertes en la determinación de desear todo según la voluntad de Dios y hacer lo mejor de nosotros, para no ofenderlo y cumplir en todo su voluntad.

¡Ay que larga es esta vida! ¡qué duros estos destierros! ¡esta cárcel, estos hierros en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que me muero porque no muero.