En el universo del bienestar, pocos nombres brillan tanto (y con tanta autenticidad) como el de Xuan Lan. Puede que la conozcas por sus tres libros, por sus clases multitudinarias, por sus colaboraciones con marcas o por su canal de YouTube, pero detrás de esa figura serena y carismática hay mucho más: una mujer que cambió radicalmente de vida para encontrar su propósito.
Viajamos hasta Menorca para vivir una clase muy especial de yoga con ella, en el espectacular hotel Meliá Cala Galdana. En un entorno privilegiado, la experiencia fue simplemente inolvidable. Y aprovechamos para hablar con Xuan sobre cómo dar el salto a una nueva vida, los mitos y verdades del yoga, el papel de los famosos e influencers, las claves para empezar (aunque creas que no es para ti), la importancia de conectar con uno mismo en un mundo hiperconectado… Y cómo ha conseguido mantener su chispa, su equilibrio y su vocación después de más de 20 años practicando (y enseñando) yoga.
- Ya puedes practicar yoga en una capilla del siglo XIX
- Marcas de ropa para hacer yoga que arrasan en todo el mundo
- Conoce los distintos tipos de yoga y sus beneficios
Xuan Lan nació en París, es de padres vietnamitas, formada en finanzas y marketing, y pasó de trabajar en banca a convertirse en una de las grandes embajadoras del yoga en España, creando una plataforma digital con 17 empleados dedicada a acercar el bienestar a todo tipo de públicos.
Si alguna vez te has preguntado qué puede hacer el yoga por ti (más allá de la esterilla, las posturas y las modas), aquí tienes todas las respuestas.
«Trabajaba en un banco, en finanzas, con jornadas larguísimas… pero el yoga me daba algo que no encontraba en ningún otro lado: calma, equilibrio, conexión»
Xuan Lan nunca soñó con ser profesora de yoga. «Venía de una cultura muy exigente: estudia, consigue un buen trabajo y mantente ahí. Trabajaba en un banco, en finanzas, con jornadas larguísimas», recuerda. Fue en Estados Unidos, a comienzos de los 2000, donde una amiga la arrastró a una clase de yoga. «Me enganché. Me daba algo que no encontraba en ningún otro lado: calma, equilibrio, conexión».
De vuelta en España, combinó su trabajo en la banca con su creciente pasión. «Me levantaba a las siete de la mañana para ir a clase antes de entrar a la oficina. Luego empecé a formarme en serio, hice mi certificación de profesora y daba clases a mis compañeros del banco al mediodía».
Sin embargo, no fue hasta contratar a un coach que empezó a cuestionarse si su futuro estaba en otro lado. «Me preguntó: ¿Te has planteado trabajar en yoga? Me pareció una locura. Pero la semilla estaba plantada. Seis meses después, un proyecto en el trabajo que no salió bien me hizo decir: ¿por qué no intentarlo?»
«Dejar un trabajo estable para lanzarte a algo así es vértigo. Pero mi marido me apoyó desde el principio»
El cambio no fue fácil. «Lo hablé con mi marido: dejar un trabajo estable para lanzarte a algo así es vértigo. Pero él me apoyó desde el principio».
Xuan empezó tirando de su red personal. «¿Quién necesita una profe de yoga?», preguntaba a amigos y conocidos. Pronto se encontró atrapada en la típica trampa del autónomo: horarios partidos, los peores turnos, sueldos bajos. «Sentí que me agotaba. Entonces, junto a dos amigas, montamos una productora de eventos de yoga. Organizábamos encuentros multitudinarios para acercar el yoga a miles de personas. Y ahí entendí que mi propósito no era sólo dar clase, era divulgar, hacer llegar el yoga a más gente».
«Mi propósito no era sólo dar clase, era divulgar, hacer llegar el yoga a más gente»
Cuando llegó la pandemia, Xuan ya había dado pasos digitales con su canal de YouTube. Pero el confinamiento aceleró todo. «El online explotó. Con mi marido teníamos la idea de montar una plataforma digital de bienestar, y la lanzamos en junio de 2020. Empezamos a buscar profesores, nutricionistas, psicólogos… Y creamos algo que ha ido creciendo hasta ser una Pyme con 17 empleados».
Para ella, lo importante es la diversidad de enfoques. «No todo el mundo necesita lo mismo: algunos buscan moverse, otros estirar, otros meditar, otros cuidar su alimentación. Nosotros ofrecemos herramientas para todos. Y eso me entusiasma porque me permite seguir aprendiendo, seguir tocando temas nuevos».
«El yoga no son sólo posturas. Hay respiración, concentración, meditación, filosofía de vida»
A lo largo de la conversación, Xuan repite algo que para ella es clave: «El yoga no son sólo posturas». Y lo explica con claridad. «Las posturas son sólo uno de los ocho pasos del yoga. Hay respiración, concentración, meditación, filosofía de vida. El objetivo final es la conexión suprema con lo divino, pero en términos prácticos, es un camino de autoconocimiento, de crecimiento personal».
Muchas personas, reconoce, llegan buscando algo inmediato. «La gente espera resultados rápidos: alivio del dolor de espalda, menos estrés, más flexibilidad. Pero el yoga es preventivo, es algo que se trabaja día a día. Si lo practicas regularmente, te transforma».
«El yoga es preventivo. Si lo practicas regularmente, te transforma»
El consejo de Xuan para quienes quieren empezar no puede ser más directo: «Haz tres clases con el mismo profesor. La primera no cuenta porque estás lleno de expectativas. En la segunda empiezas a relajarte. Y en la tercera descubres si es para ti».
Ella sabe que muchos ven el yoga como algo aburrido o demasiado espiritual. «Pero no todo el mundo está listo para escucharse a sí mismo. Hay etapas en las que lo único que quieres es trabajar tu cuerpo, y eso está bien. Pero si quieres crecer como persona, llega un momento en que tienes que mirar hacia dentro».
«Puedes resetear tu vida en cualquier sitio. No necesitas irte lejos para cuidarte»
Cuando no está creando contenidos ni liderando su empresa, Xuan desconecta con su perrita, Suka, cuyo nombre significa felicidad eterna en sánscrito. «Ella me obliga a salir, a caminar, a estar presente. Me ayuda a desconectar del móvil. Eso también es yoga: estar en el aquí y ahora».
Su último proyecto es el documental Reset, disponible en Filmin, donde explora el bienestar a través de viajes a México, Sri Lanka y Mallorca. «El mensaje es que puedes resetear tu vida en cualquier sitio. Comer bien, dormir bien, moverte, estar en silencio… No necesitas irte lejos para cuidarte».
Cuando le pedimos una palabra para definir el yoga, responde sin dudar: conexión. «Con uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con la energía. Hoy estamos hiperconectados al digital, pero desconectados de lo esencial. El yoga nos ayuda a volver a lo importante».
Ver esta publicación en Instagram
