Hermès es toda una firma referente para los amantes de los accesorios y los relojes. Con toda una historia detrás y un reconocido logo, la casa introdujo en 1978 el Arceau, su icónico modelo de reloj. Actualmente, Hermès es uno de los mayores productores de piezas de alta gama, que destacan tanto por sus diseños como por sus mecanismos, dignos de la fama de la precisión suiza. Siendo uno de los productores artesanales más importantes en la industria, no es de extrañar que cada una de sus piezas se convierta en objeto de deseo para los coleccionistas. ¿La última? El Arceau Toucan de Paradis.
Pura artesanía
La inspiración del reloj de Hermès proviene de una bufanda que la artista británica Katie Scott diseñó para la firma. Su pasión por la flora y la fauna la ha llevado a hacerse un nombre con su característico estilo botánico.
En este caso, el protagonista es un colorido tucán bordado manualmente sobre una esfera de esmalte. Cada pieza se compone por 500 hilos ensamblados individualmente, un proceso que dura una semana. Antes, la base sobre la que se borda, se esmalta en oro blanco. El siguiente paso es recubrirla con polvos de vidrio y finalmente grabar los huecos que albergarán el hilo de seda. Una compleja técnica desarrollada en exclusiva para Hermès por Agnès Paul-Depasse.
Las medidas de la caja del reloj de Hermès son de 38mm. El bisel, de oro blanco de 18 quilates, lleva incrustados 82 diamantes. La correa, de piel de bovina en color azul vibrante de Zanzíbar, combina perfectamente con la esfera y sus colores. En su interior contiene el movimiento automático calibre H1912, con una reserva de marcha de 50 horas.
Esta increíble edición limitada se compone solamente de 24 piezas. Si eres uno de los afortunados… ¡qué la disfrutes!
