¿Por qué hay pocos elefantes con cáncer?
Algunos animales tienen misterios muy curiosos. ¿Sabías que hay muy pocos elefantes con cáncer? ¿A qué se debe? Aquí te lo contamos.
Los elefantes, al igual que la mayoría de los animales grandes, tienen una incidencia menor de cáncer. Esto puede deberse a que han desarrollado formas de protección contra la enfermedad. Un nuevo estudio revela lo que sucede con los elefantes: un viejo gen que ya no era funcional fue reciclado del vasto «depósito de chatarra del genoma» para aumentar la sensibilidad de las células de elefante al daño del ADN. Lo que les permite a estos grandes animales eliminar las células potencialmente cancerosas en una etapa temprana.
Un gen zombi protege a los elefantes del cáncer
Los elefantes no evolucionaron para convertirse en animales enormes hasta que convirtieron un poco de basura genética en una defensa única contra los tumores inevitables.
Los elefantes modernos y extintos desarrollaron muchas características para soportar la colosal masa de sus cuerpos. Estas adaptaciones incluyen mecanismos genéticos especiales que los hacen menos susceptibles al cáncer.
En los animales multicelulares, las células pasan por muchos ciclos de crecimiento y división. En cada división, las células copian todo su genoma e ineludiblemente puede ocurrir algún error. Algunas de estas mutaciones pueden provocar cáncer.
Se podría deducir que los animales con cuerpo más grande y vidas largas tendrían mayor posibilidad de desarrollar cáncer. Pero esto no es así, cuando los investigadores comparan especies de diferentes tamaños corporales, la incidencia de cáncer, no parece tener relación con la cantidad de células en un organismo o con la esperanza de vida.
Es más, los investigadores han podido comprobar que los mamíferos grandes y longevos como los elefantes tienen pocas posibilidades de tener cáncer. En la década de 1970, el epidemiólogo especialista en cáncer, Richard Peto, ahora profesor de estadística médica y epidemiología en la Universidad de Oxford, articuló este asombroso fenómeno, conocido como la “paradoja de Peto”.
¿Puede haber compensación entre los mecanismos de supresión del cáncer y la fertilidad?
Parece haber una compensación entre la supresión del cáncer y la fertilidad, ya que un estudio publicado en 2009 sugirió que LIF es fundamental para la implantación del embrión en el útero.
Debido a que la actividad LIF (gen) está controlada por p53 (proteína), ambas regulan la eficacia de la reproducción. Cuando el mismo conjunto de genes cumple dos funciones, como en este caso, reproducción y supresión del cáncer, es probable que entren en conflicto directo. Se trata de un fenómeno que los genetistas llaman pleiotropía antagonista.
Los elefantes parecen haber resuelto ambos problemas, según Maley: “Algunas copias de p53 y LIF están haciendo lo necesario para la fertilidad, mientras que otros pares de LIF y p53 están haciendo lo necesario para la supresión del cáncer”. Maley especuló que el gen duplicado “permitió que los elefantes mejoraran en la supresión del cáncer y aún mantuvieran la fertilidad, lo que les permitiría desarrollar un cuerpo más grande” Sin embargo, esa hipótesis aún debe ser probada.
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