Las obras de los locales de ensayo de Palma, paralizadas hace meses y con el concurso desierto
El Ayuntamiento de Palma posterga hasta final de año y arranque de 2023 el grueso de obras municipales
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Arrancan las obras del único equipamiento que hará el alcalde Hila en dos legislaturas
Las obras de los locales de ensayo de Palma están paralizadas desde hace meses, pese a que durante toda la legislatura el concejal independentista Antoni Noguera (Més per Mallorca) ha proclamado a bombo y platillo que la capital balear contará con este equipamiento municipal para músicos, uno de los proyectos estrella de la concejalía de Cultura.
La realidad es que las obras que se llevan a cabo en el número 1 de la calle Zuloaga del barrio de Son Forteza -que arrancaron en febrero del año pasado con una duración estimada de apenas medio año- no sólo llevan meses paralizadas, sino que ni se conoce cuándo se retomarán y, además, ha quedado desierto el concurso público convocado para su gestión por ausencia total de interés de las empresas del sector.
Nadie ha estado interesado en presentarse a un convocatoria para hacerse con un contrato de 180.000 euros y dos años de duración ante la incertidumbre del futuro de este espacio cultural. Un terreno vallado desde hace año y medio, que antes usaban los vecinos como zona de estacionamiento ante la carencia notoria de plazas de parking que existen en este barrio de la Vía de Cintura, colindante a las soterradas vías del tren.
Los vecinos, de hecho, denuncian la sustracción de material de obra apilado en el interior del solar, por la falta total de vigilancia desde la paralización de los trabajos, que han dejado a medio construir los locales de ensayo ubicados en un lateral del terreno.
El que se espera, más tarde que temprano, sea un nuevo equipamiento cultural en fecha por determinar contará con diez módulos para salas de ensayo y dos más para servicios sanitarios y administrativos, en un solar de 350 metros cuadrados ubicado frente a la pasarela del tren que comunica este barrio con el de Son Oliva. Una pasarela construida hace más de una década, repleta hoy de toda clase de pintadas vandálicas, que costó más de un millón de euros y que se ha convertido en uno de los puntos de encuentro para botellón de esta zona de Palma.
Las obras de ejecución de cada uno de los locales de ensayo, de 17 metros cuadrados, curiosamente fueron adjudicadas a la empresa Washington International especializada en módulos prefabricados, que fue la única que se presentó a una convocatoria cuyo coste se cifró en menos de medio millón de euros (458.000).
Todo hace indicar que los números con el encarecimiento de los materiales de obra y de la energía parece que no le cuadran.
Por ahora, los locales de ensayo están paralizados y el proyecto realizado por Aina Cifre Bibiloni continúa sin ver la luz, aunque el Ayuntamiento de Palma no renuncia a sacarlo a flote y ha procedido a sacarlo de nuevo a concurso, pero con las mismas condiciones, sin que haya interesado a nadie.
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