¿Por qué no recurrió Sánchez el pin parental de Vara?

Como informa OKDIARIO, el Servicio de Inspección Educativa de la Junta de Extremadura que preside el socialista Guillermo Fernández Vara comunicó a colegios públicos de la Comunidad la necesidad de que los padres de los alumnos dieran su autorización a la charlas, ponencias o talleres impartidos por personal ajeno al centro educativo. O sea, lo que viene a ser el pin parental aprobado por el Gobierno de centro derecha de Murcia y que ha sido objeto de las críticas más duras por parte del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, hasta el punto de conceder al Ejecutivo murciano un mes de plazo para retirarlo. No se puede ser más hipócrita ni exhibir más doble moral.

La desvergüenza del Ejecutivo no tiene límites. Se han dedicado a insultar al centro derecha por aplicar una medida que aplicó el Gobierno socialista en Extremadura sin que mereciera reproche alguno por parte de ningún dirigente del PSOE. La pregunta es evidente, ¿por qué no recurrió Sánchez el pin parental del Gobierno extremeño? ¿Por qué no se amenazó con aplicarle el artículo 155 de la Constitución, como hizo la delegada del Gobierno de Violencia de Género, Victoria Rosell,  con el Ejecutivo autonómico del PP? La respuesta es simple y sencilla: porque el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez es de una inmoralidad imbatible. El socialismo español se comporta con un cinismo imposible de superar. A lomos de la mentira, Sánchez cabalga junto a sus siniestros compañeros de aventura repartiendo carnés de demócratas entre los suyos y acusando a los demás de fascistas. Esa es su única estrategia.

La información de OKDIARIO retrata a Pedro Sánchez como lo que es: un truhán político. ¿Qué excusa pondrá para justificar que no dijera ni palabra sobre el pin parental de los socialistas de Extremadura? ¿Qué mentira le servirá de pretexto? ¿Qué trampa utilizará esta vez para confundir a la opinión pública?  Han utilizado el pin parental de Murcia para insultar al centro derecha y hasta se han permitido la desvergüenza de afirmar -como dijo la ministra Celaá- que los hijos no son de los padres. Se refería, claro está, a los padres de Murcia. En Extremadura, donde gobierna el PSOE, es otro cantar.