PSOE: eres lo que eres
Sabes que estás ante un régimen de partido cuando ninguno de los crímenes cometidos bajo unas siglas determinadas acaba castigándose con la pena máxima para los responsables de la comisión. No importa que encabecen, permitan o creen el ecosistema perfecto para la malversación y el saqueo. Si vives en España y detrás de tamaño latrocinio se esconde el carnet del PSOE, las probabilidades de que no se investigue, sean perdonados los culpables e incluso borrado sus delitos del mapa, son más que notables.
A quien esto escribe no le han tenido que contar la corrupción del PSOE en Andalucía, los casos más graves de cuantos ha habido en democracia, en términos cuantitativos y cualitativos. La viví, la sufrí y la denuncié. Quienes trabajamos por sacar del poder al cortijo de intereses en el que habían sumido a tan fecunda tierra los próceres del mangoneo y la golfería no aceptamos que ahora vengan sus herederos directos, en siglas y trilerismo, a contarnos no sé qué de cacería política.
Hasta la desvergüenza tiene su límite en el crimen: primero soltaron violadores, ahora sueltan chorizos.
Para olvidadizos y reincidentes, es bueno refrescar la memoria. La historia del PSOE se fundamenta en la comisión y borrado de la culpa y el delito. En su habitual inmunidad jurídica e impunidad discursiva, consideran tan idiota al votante suscriptor (o votonto) que pueden contarle tantas milongas como su argumentario diseñe, pues todas serán admitidas y creídas. En los principales hitos del sanchismo, esto es, el socialismo del siglo XXI, la fabricación de nuevos contextos y realidades con las que alimentar a media población subsumida en la subvención y la tontuna, adquiere tintes de épica narrativa. Veamos.
1. Reescriben la historia de la Segunda República para que no se conozcan sus crímenes como partido. De esta forma, llegará el momento en el que los españoles del futuro entiendan que Largo Caballero era un excelso demócrata y que la izquierda española ganó las elecciones de manera limpia, sin censurar ni prohibir a medios de comunicación adversos, o que no impulsaron un pucherazo electoral en febrero de 1936 adulterando el resultado legítimo (como ya hicieron en 1931, cuando ganaron las candidaturas monárquicas) como tampoco acosaron a la oposición política, a la que arrinconaban cada día social y retóricamente tildándole de fascista e incluso llegaron a asesinar -o a intentarlo al menos-, como muestran los ejemplos de Calvo Sotelo y Gil Robles. Los negacionistas del futuro seremos los que defendamos la historia tal y como sucedió y no como les gustaría que hubiese sucedido a los reescribidores de la izquierda más extrema.
2. Blanquean a la banda terrorista ETA, quien marca dónde deben ponerse las leyes que borrarán de la memoria colectiva lo que hicieron. Sus asesinatos serán pronto una invención de la ultraderecha y Miguel Ángel Blanco, héroe nacional, olvidado por la misma ciudadanía que portó su dignidad y recuerdo hasta no hace mucho. Vendieron su alma y llenaron sus siglas de ignominia, descrédito e inmoralidad a cambio del poder de un solo hombre.
3. Perdonan los delitos a los golpistas que desde la Generalitat de Cataluña amenazaron la unidad nacional y la igualdad de todos los españoles, consagrada en la Constitución, por lo que fueron condenados y perseguidos por la Justicia, esa que ahora el PSOE controla con su abogado particular, el fiscal general del Estado, y el Tribunal Constitucional, con una mayoría que les faculta para decidir quién merece el perdón y quién no. Y todo, por siete votos para seguir gobernando y trincando de la poltrona. De nuevo, el poder por encima de las leyes, la Constitución, la nación y la lógica. Puro sanchismo, puro socialismo.
4. Y ahora, quieren borrar sus condenas por corruptos, golfos y ladrones. El mismo tribunal que han manoseado y prostituido hasta hacerlo partícipe de sus fechorías políticas, sirve de excusa para volver a reescribir la verdad y amoldarla a sus intereses de partido. Más de 600 millones de euros saqueados a los parados andaluces serán historia porque los jueces controlados por el PSOE así lo deciden, enmendando las sentencias que otros jueces, con pruebas evidentes, dictaron. Quieren borrar la ruta del vicio que insignes cargos socialistas se marcaron con el dinero de todos los contribuyentes, y que los españoles acaben aceptando que eso nunca ocurrió. Las bases para seguir robando y financiando su aquelarre del mangoneo empieza por blanquear el cerebro de quienes sufragaron su propio saqueo con la ayuda inestimable de quienes deberían condenarles por ello. Estamos cada vez más lejos de lo que Ignatieff reflexionaba al advertir que «la democracia es restringir el poder para que los ciudadanos sean libres».
Lo peor de todo es que, de nuevo, seguirá sin pasar nada. Que las calles de España no estén ardiendo con todo esto significa que la mitad del país está comprado (subvencionado) por el PSOE, que lee, escucha y visiona a los medios comprados (ayudados) por el PSOE y que acepta que le roben y mientan porque votan, por interés y sesgo ideológico (odio, rencor y envidia) al PSOE. Pero pinchan en hueso mientras aún nos quede recuerdo y memoria de lo que hicieron. Son lo que son y lo volverán a hacer. Como en la célebre fábula del escorpión y la rana, el escorpión socialista picará al ingenuo y dócil batracio, que volverá a caer en su retórica engañabobos y le seguirá votando, aunque le cueste la salud, el bolsillo o la vida. Va en la naturaleza de ambos.
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