Los pasotas y el efecto mariposa
A Juan Español, como a muchos amigos, cuñados y paisanos varios, no le interesa la política. Cuando surge algún debate de ese tipo, los pasotas como él defienden su desinterés con una de estas tres razones (o con las tres): la política es un rollo, a mí no me afecta o todos los políticos son iguales.
Y así, cuando Juan Español se entera de que, un lunes, el presidente del Gobierno la ha liado entre Marruecos y Argelia, piensa que a él no le va a afectar. Cuando el martes escucha que Argelia suspende sus relaciones comerciales con España dice que menudo rollo y cambia de canal. Nuestro Juan Español sigue con su vida y ya no se entera de que, el miércoles, Argelia ordena a los bancos congelar sus posiciones con España y se suspenden las operaciones comerciales.
Eso motiva que, el jueves, el encargado de compras de una empresa argelina llame al encargado de ventas de una PYME española y le diga que ya lo siente, pero que interrumpe todos los pedidos pendientes y futuros, y, en consecuencia, los de la PYME hacen números y deciden reducir la plantilla, por lo que, el viernes, el encargado de recursos humanos llama a un empleado y le dice, «Juan Español, por favor, venga a mi despacho».
Quizá Juan Español siga pensando que la cosa pública y estos artículos son un rollo, aunque seguro que ya no piensa que la política no le afecta, pues ha comprobado, gracias al efecto mariposa, que la onda expansiva de un simple aleteo en la Moncloa puede llegar a su puerta y mandarle a la fila del INEM.
Y aún quedaba una tercera razón para el pasotismo, esa de que todos los políticos son iguales. Pero bien sabemos que no todas las mariposas aletean igual, no todos los aleteos tienen las mismas causas y los mismos efectos. Y bien sabemos que hay gobernantes que explican sus razones, y otros, como con Argelia, las ocultan, y unos prevén los efectos, y otros, también como con Argelia, improvisan.
Pero no echemos la culpa solo a los políticos porque, querido pasota, el primer aleteo lo causamos tú, yo, y todos los Juan Español que nos rodean, cuando vamos a votar. El presidente es el efecto de ese aleteo que entre todos hacemos durante la jornada electoral.
Es entonces, con nuestro voto, cuando se inicia la onda expansiva que durará, como poco, toda una legislatura y cuyos sucesivos efectos terminarán, tarde o temprano, llegando a nuestras vidas. Piénselo la próxima vez que vaya a votar o siga pasando, pero entonces -así termina siempre este debate-, no se queje.
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