Opinión

La confesión de Yolanda Díaz deja a Sánchez como un mentiroso patológico

La declaración de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, presumiendo de haberse anticipado a la probable escalada de contagios de coronavirus a mediados de febrero de 2020 tiene una doble dimensión. Por un lado, parece obvio que la ministra de Trabajo lanza una andanada sin demasiados matices a Pedro Sánchez -lo que tiene que ver con sus aspiraciones a liderar un frente amplio de fuerzas a la izquierda del PSOE en las próximas elecciones generales- y, por otro, representa, toda una confirmación de que el Gobierno socialcomunista -del que ella forma parte destacada- sabía de la gravedad de la situación y, aún así, animó a sumarse a las multitudinarias manifestaciones del 8M.

Díaz ha recordado que elaboró una guía para que empresas y trabajadores pudiesen lidiar con una previsible escalada de contagios, un documento que fue desautorizado por el Ejecutivo. Más allá de que Yolanda Díaz trate de marcar su territorio político, lo cierto es que la declaración de uno de los ministros con más peso del gabinete deja en evidencia a Pedro Sánchez y desmonta sus mentiras. Claro que el Gobierno sabía lo que se nos venía encima, pero antepuso sus intereses políticos al interés general alentando unas concentraciones que se convirtieron en una auténtica bomba biológica. Díaz -para ponerse en valor- desnuda al embustero patológico de La Moncloa y abre un nuevo frente en un Ejecutivo que es lo más parecido al camarote de los hermanos Marx.

Es cierto que Yolanda Díaz diseñó un plan de actuación en las empresas que preveía la «paralización de la actividad» ante el incremento de casos de coronavirus. Por eso, Pedro Sánchez tendrá que explicar por qué desautorizó el informe de su ministra de Trabajo y, sobre todo, por qué puso en riesgo la salud de los españoles negando la gravedad de la situación. Porque si Yolanda Díaz estaba al tanto del momento crítico que se nos venía encima, Pedro Sánchez, con más motivo, lo sabía también.