Ropa de campo, botas de montería y un coche perfecto para cazar: los curiosos detalles de la última aparición del rey Juan Carlos
El Rey emérito llegó al Hospital donde se recupera Simoneta directo desde el campo. Tras su última operación de cadera, don Juan Carlos ha retomado su gran pasión
Coches todoterreno preparados para cruzar ríos y subir montañas. Escoltas ataviados con forros polares verdes y ropa de campo. De esta inesperada manera llegaba el rey Juan Carlos al Hospital La Zarzuela de Madrid el pasado jueves para visitar a su sobrina Simoneta Gómez-Acebo. El reloj marcaba las seis de la tarde cuando el emérito hacía su entrada en el centro sanitario acompañado de la comitiva que dispone para su seguridad. Un séquito de escoltas que custodian al Rey en sus planes privados diarios aunque, en esta ocasión, la puesta en escena era muy diferente a la de otras apariciones.
El Rey Juan Carlos entrando en el Hospital La Zarzuela/Gtres
Demasiados signos evidentes rebelaban datos sobre la procedencia de su Majestad, algo que desde que se retiró de la vida pública es un continuo enigma. Don Juan Carlos llegaba a bordo de un Bentley Bentayga, un coche de lujo, utilitario deportivo, visto en muy pocas ocasiones como pieza de la flota real cuyo precio de mercado supera los doscientos mil euros. Un capricho automovilístico que las webs expertas definen como ‘el coche perfecto para los cazadores’ por sus características para desafiar a los terrenos más irregulares.
El Rey Juan Carlos entrando en el Hospital La Zarzuela/Gtres
Sus escoltas lo hacían después en dos todotorrenos Land Cruiser perfectamente acondicionados para el campo y las cacerías, equipados con snorkel para poder vadear ríos sin peligro de que el agua inunde el motor. Los profesionales de su seguridad iban vestidos de forma inusual: aún llevaban los forros polares verdes y ropa propia de campo, en el que parecían haber pasado las horas previas. Ropa muy abrigada para combatir al aire libre las bajas temperaturas de estos días y zapato adecuado para tierra eran algunas de las pistas que los delataban. No obstante, el monarca tiró de americana para entrar al centro a preocuparse por la salud de su sobrina, que el pasado día ocho perdía a su madre, doña Pilar de Borbón, hermana mayor del Rey emérito. Simoneta permanece ingresada desde el pasado martes por una infección respiratoria.
El Rey Juan Carlos entrando en el Hospital La Zarzuela/Gtres
De todos es sabida la pasión del padre de Felipe VI por el campo y por la caza, algo que le trajo más de un quebradero de cabeza durante su reinado. Fue precisamente su cacería el Botsuana en 2012, durante la que se rompió una cadera, la que desató la decadencia de su reinado, que finalmente acabó con su abdicación en 2014.
En cualquier caso, monterías, reuniones en una casa de campo, encuentros en las altas esferas en torno a un evento cinegético son los los grandes placeres que nunca ha ocultado don Juan Carlos.