El viaje más esotérico de Eugenia Martínez de Irujo y Cayetana Rivera
La Duquesa de Montoro y su hija se encontraron con un conocido vidente en su última escapada
Ya lo ha mostrado el Maestro Joao en su Instagram. El pasado sábado coincidió con Eugenia Martínez de Irujo en el trayecto de AVE que cubre la distancia entre Madrid y Barcelona, pero ¿qué ocurrió realmente? LOOK conoce todos los detalles.
La imagen compartida por el Maestro Joao en su Instagram / Instagram
Tal y como ha podido saber este medio en exclusiva, el famoso vidente y la hija de Cayetana de Alba no se conocían, pero coincidieron en la cafetería y el ‘flechazo’ fue inmediato. Eugenia viajaba con su hija Cayetana en preferente y, a fin de mantener una conversación más tranquila, invitó al exconcursante de ‘Supervivientes’ a sentarse con ellas en la mesa de cuatro que ocupaban.
Una vez sentados juntos, el Maestro se ofreció a echar las cartas a la mujer de Narcís Rebollo, a quien auguró un encuentro con un hombre, al que, sorprendentemente, Eugenia no dudó en poner nombre y apellidos. Ante la atenta mirada de la hija de Francisco Rivera, la Duquesa de Montoro y su recién conocido amigo aprovecharon también para charlar de temas tan de actualidad como el rescate de Julen, el pequeño Gabriel o, incluso, uno de los divorcios más polémicos de los últimos meses.
Ni cortos ni perezosos, Eugenia Martínez de Irujo y Joao hablaron largo y tendido sobre la separación de Paula Echevarría y David Bustamante. Además, una vez hecha la referencia a la menor, el futurólogo se interesó particularmente por la hija del torero, quien no dudó en confesarle lo mucho que le molestaba que la prensa la llamase Tana cuando es la manera íntima en la que le llaman sus seres más cercanos y queridos.
Aunque el asesor de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ quedó prendado de las aristócratas -y viceversa-, la conversación entre ellos llegó a su fin cuando el revisor invitó al vidente a ocupar el sitio que marcaba su billete. Ante la llamada de atención, fue Cayetana quien insistió al interventor para que dejase al Maestro Joao quedarse, ya que el sitio estaba libre, algo que sacó una sonrisa al encargado, que decidió no poner fin al encuentro más folclórico del fin de semana.