Carmen Franco no se rinde y luchará por el Pazo de Meirás
«Estamos muy tranquilos». Así de contundente responde Carmen Franco Polo (90) a LOOK después de conocerse que la corporación de Sada ha aprobado que el Pazo de Meirás vuelva a ser patrimonio público. La corporación municipal de la localidad coruñesa lleva más de un lustro luchando para lograr que sea el Concello quién asuma la gestión de las visitas al histórico inmueble, que hasta la fecha realiza la Fundación Francisco Franco por encargo de su familia. La única hija de Franco asume la decisión de Sada sin aparente recelo. Sabe que «no depende de ella» y que su labor está sujeta «únicamente» a la Xunta. Pero no piensa rendirse.
Carmen Martínez-Bordiú: «Que mi madre tenga que preocuparse por todo esto es una p…»
Carmen Martínez-Bordiú en imagen de archivo / Gtres
De hecho la madre de Carmen Martínez-Bordiú no va a prescindir sin más de esta herencia que le dejó su padre y valora la posibilidad de tomar medidas. Aunque con cautela. «No sé si podremos hacer algo directamente nosotros, la familia. Entendemos que el pazo es un bien de interés cultural (BIC), por eso no tenemos problema en enseñarlo». Sin embargo, Carmen Franco asegura que en su mano posee «una serie de requisitos» que «cumplen» con lo que la Xunta solicita para que no se haga público, y ahora quieren «esperar y ver qué ocurre». Una posición que preocupa profundamente a su hija. Así lo ha expresado Carmen Martínez-Bordiú a LOOK: «A mí lo ÚNICO que me preocupa es la salud de mi madre, porque ella que siempre ha estado callada oyendo todo lo que se ha dicho de su padre, ahora podría disfrutar de su familia y que tenga que preocuparse por todo esto es una p…», afirma.
Denuncias y reclamos: el día a día en el pazo de Meirás desde 2011
Cabe recordar que la batalla legal entre Sada y la familia del caudillo viene de largo. Concretamente desde que en 2008, tal y como recuerda ‘Nenuca’ (como la llaman en la intimidad), fuera decretado un Bien de Interés Cultural y el 25 de marzo de 2011 las puertas del emblemático inmueble se abrieran por primera vez al público. Fue entonces cuando a la familia Franco no solo le empezaron a llegar las visitas de curiosos para conocer los rincones de la que fuera residencia veraniega de Francisco Franco. También ‘tocaron a su puerta’ denuncias por parte de la corporación de Sada para evitar, por ejemplo, que el pazo fuera cerrado durante el mes de agosto en verano; o reclamos por parte de la Xunta para que la familia respetara los turnos de visitas según los días estipulados por ley -puede visitarse todos los viernes durante cuatro horas-.
Pazo de Meirás en imagen de archivo / Gtres
Pero, la última y más sonada polémica fue la que saltó el pasado 20 de marzo de este año, cuando se abrió un expediente desde la Consellería de Cultura al observar que «el número de teléfono para concertar visitas y el correo electrónico no funcionaban», aunque todo quedó en una anécdota y la mujer que atiende al otro lado del teléfono siempre mantuvo que «nunca hubo problemas para concertar una cita» y que «ese siempre ha sido el teléfono para ello».
Sea como fuere, pese a toda esta guerra entre unos y otros, Carmen Franco no se exalta ni se sorprende. Es consciente de la batalla que debe librar si quiere proteger este resquicio de la memoria de su padre. Por eso no va a rendirse y continuará su lucha por el pazo de Meirás.