Michelle Obama sin sujetador: la versión de la primera dama que nunca verás en su libro
Lejos de la Casa Blanca, la que fue un icono de estilo ha elegido la comodidad de ir sin ropa interior
Llevaba el pelo alisado para evitar polémicas, y ahora, libre de presiones, apuesta por sus rizos naturales
¿Estamos ante una nueva forma de empoderamiento o ante una estética que ha bajado la guardia?
Michelle Obama no necesita presentación, pero su historia sigue mereciendo ser contada. La mujer que llegó a la Casa Blanca en 2009 como la primera primera dama negra de Estados Unidos no sólo desafió los códigos de la política y la representación pública, sino que los transformó con naturalidad y determinación. Con más de 1,80 metros de estatura y una presencia imponente, todo en ella era observado, analizado y comentado: su físico atlético, su estilo y, sobre todo, su cabello. Su melena rizada, tan distinta a la de las mujeres que la precedieron, vivió años bajo escrutinio. Ella misma admitió que se la alisaba para evitar polémicas, porque, como dijo, «no sentíamos que tuviéramos libertad para mostrarnos como realmente éramos».
En su nuevo libro de fotografías, The Look, repasa cómo la moda, el peinado y la autoimagen se convirtieron para ella en herramientas de expresión y también de resistencia. Y revela algo que ahora resulta evidente: al dejar atrás la Casa Blanca, se permitió recuperar lo que había guardado durante años. Volvió a las trenzas, a sus rizos, a la textura natural que había evitado por miedo al juicio público. Una liberación estética que simboliza una liberación personal.
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Michelle Obama en el US Open 2023, Nueva York. (Gtres)
Dos Michelle Obama, dos estilos




Michelle Obama de vacaciones en Miami. (Gtres)
Cada conjunto tenía un objetivo. Nada se dejaba al azar: ni los estampados, ni los escotes, ni el peinado. Meredith Koop, su estilista de confianza, contó al New York Times que «cada outfit era un mensaje». Elegancia para los actos oficiales, naturalidad y cercanía para los momentos más familiares. Cada look comunicaba algo.
Pero eso fue antes.




Michelle Obama y el cantante Bono en Eze. (Gtres)
Michelle Obama le roba el show a Sarah Jessica Parker con sus botas de 4,000 dólares https://t.co/Zhce2td5iw pic.twitter.com/fbrcr89Lot
— Univision (@Univision) December 21, 2018
¿Se puede ser libre y cuidada a la vez?
La pregunta no es baladí. ¿Hasta qué punto la comodidad y la autenticidad pueden (o deben) convivir con el refinamiento estético? ¿Es realmente revolucionario no llevar sujetador o simplemente es una señal de que hemos bajado la guardia?




Michelle Obama en Mallorca el viernes 1 de septiembre de 2017. (Gtres)
Corral y de Vicente no andan con rodeos: «Hay pequeños gestos que pueden marcar la diferencia sin restar libertad. El uso de copas adhesivas, un recogido más trabajado, una textura de maquillaje que acompañe la luminosidad natural del rostro… no se trata de renunciar a lo espontáneo, sino de elevarlo». Porque sí, incluso el look más relajado comunica.




El presidente Barack Obama señalando a su esposa Michelle durante la cena de Estado para Singapur. (Gtres)
Por qué Michelle Obama ahora lleva trenzas
El peinado de Obama también refleja esta nueva etapa de su vida. Durante sus años en la Casa Blanca, decidió alisarlo para evitar que se convirtiera en tema de debate. Sabía que su pelo rizado llamaría la atención y prefería no abrir otra conversación más sobre su imagen. Ahora, sin la presión de representar un cargo oficial, ha encontrado alegría en llevar trenzas y en recuperar estilos naturales que antes evitaba.
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