Noor de Jordania, de ‘reina desplazada’ a ‘protectora’ de la infanta Sofía

Reina noor Jordania
La Reina Noor de Jordania. / Gtres
  • Lito Reyes
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El pasado mes de junio, la boda del heredero al trono de Jordania supuso el inicio de una nueva etapa para la Casa Real Hachemita. El enlace del príncipe Hussein con Rajwa Al Saif trajo consigo un nuevo capítulo no solo a nivel familiar, sino también institucional. El rey Abdalá y su esposa, la reina Rania, no solo tenían ya a su heredero, un príncipe preparado y perfectamente formado para asumir sus responsabilidades en el fututo, sino que ahora, también, contaban con la princesa Rajwa que, llegado el momento, será la que suceda a Rania en su papel de consorte del jefe del Estado.

El príncipe Hussein de Jordania y Rajwa Al Saif en su boda. / Gtres

El príncipe Hussein de Jordania y Rajwa Al Saif en su boda. / Gtres

Al enlace acudieron representantes de numerosas Casas Reales y mandatarios de todo el mundo. No en vano, se trataba de la boda de un príncipe heredero, destinado a ocupar el trono. Una diferencia fundamental, por ejemplo, con la boda de la hermana de Hussein, la princesa Iman, a cuyo enlace solo asistieron familiares y amigos.

Entre los invitados al enlace estaban Juan Carlos I y la Reina Sofía, que fueron invitados a título personal por el rey Abdalá y que no acudieron como representantes de la Corona. La relación entre la Casa Real de Jordania y la de España es muy estrecha desde hace décadas, de hecho, don Felipe y doña Letizia pasaron parte de su luna de miel en Jordania, igual que sus padres.

Juan Carlos I y doña Sofía en la boda del príncipe Hussein de Jordania y Rajwa Al Saif. / Gtres

Juan Carlos I y doña Sofía en la boda del príncipe Hussein de Jordania. / Gtres

Sin embargo, la que no estuvo en la boda fue la reina Noor. A pesar de que ha sido una de las figuras más importantes de la monarquía hachemita, de un tiempo a esta parte la ‘luz de Hussein’ se ha ido desvaneciendo. No solo por el creciente protagonismo de la reina Rania, sino especialmente por el escándalo que ha salpicado recientemente a su hijo, el príncipe Hazmah, que durante un tiempo fue el heredero al trono.

Hamzah

El príncipe Hamzah en una imagen de archivo. / Gtres

Antes de la muerte de Hussein, Abdalá fue nombrado sucesor en lugar de Hassan -hermano del Rey- y se acordó que Hamzah le sucedería. Este acuerdo se mantuvo hasta noviembre de 2004, cuando, en un comunicado oficial, Abdalá declaró que, el puesto simbólico que había tenido Hamzah había «restringido su libertad para confiarle ciertas responsabilidades para las que estaba plenamente cualificado. Asimismo, nombró heredero a su hijo, Hussein, y las relaciones se tensaron hasta el punto de que hace dos años, fue acusado de un intento de golpe de Estado, que le llevó a ser mantenido bajo arresto domiciliario y a renunciar a su título de príncipe. Fuentes oficiales de la Casa Real aseguraron entonces que el Rey le había dado la oportunidad a su hermano para reflexionar, aunque ‘nunca iba a cambiar’. No se habló más del asunto.

Una situación que pasó especial factura a la reina Noor que, desde entonces, mantiene un perfil bajo y lejos de Jordania, dedicada principalmente a cuestiones solidarias. No obstante, cuando su hijo fue arrestado no dudó en alzar la voz y defenderle a través de las redes sociales a las que, a día de hoy, recurre de manera puntual para, por ejemplo, recordar al rey Hussein en el aniversario de su muerte.

Muy volcada en diferentes cuestiones humanitarias, una de las principales organizaciones con las que colabora la reina Noor es, precisamente, UWC, a la que pertenece el Atlantic College de Gales, en el que ha estudiado la Princesa Leonor y donde va a ingresar en apenas unos días la infanta Sofía. La Reina es la actual presidenta del movimiento UWC, desde que en el año 1995 cuando asumió este papel de manos de S. M. el Rey Carlos III.

Jordania

Noor de Jordania en una imagen de archivo. / Gtres

Noor de Jordania es una firme defensora de la juventud y de los derechos de la mujer, así como de las artes y las ciencias. Su propia hija asistió al UWC Atlantic y sigue convencida del poder de UWC para transformar vidas. «La educación de UWC no es un fin en sí mismo. Se ha concebido para inspirar y dotar a los estudiantes con las habilidades necesarias para buscar la realización personal y comunitaria, para ser conscientes de las necesidades de los demás y para convertirse en activistas por un mundo más pacífico y sostenible». Ahora la infanta Sofía tendrá la oportunidad de estudiar de primera mano en este centro, al que se conoce como el ‘Hippy Howgarts’ y donde, en cierta manera, está presente la huella de su abuela paterna, aunque sea a través de una de sus grandes amigas. Ella, sin duda, podrá ejercer, de alguna forma, como su ‘protectora’.

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