De Pablo de Grecia al ‘Compi Yogui’

Una de las servidumbres de la Corona es la de que un Rey no debería tener amigos, quizá por evitar que reciban un trato de favor. Los íntimos del rey Felipe siempre han despertado interés y curiosidad, como, en su momento, ocurría con los amidos del rey Juan Carlos, si bien, las amistades del actual Monarca siempre han sido más discretas. Don Felipe sigue manteniendo a sus íntimos como tales; sigue viéndolos, siempre que puede, pero hoy las prioridades de todos ellos son otras. Con 52 años recién cumplidos, SAR (Su Alteza Real), como le llaman muchos de ellos, es, además de Rey de España, un hombre casado desde hace más de 15 años y padre de dos hijas por las que siente verdadera pasión. Sabía que este momento llegaría y es su realidad la que más ha cambiado. Siendo un adolescente de 15 años respondía al diario ABC, sobre cómo era eso de tener que educarse para ser Rey: “si lo coges bien desde pequeño, te vas acostumbrando”.  Sus íntimos son muy conscientes de que entrados en los 50 la vida se ve de otra manera y especialmente en el caso de SAR.

Muchas has sido las aventuras que se han contado desde que Don Felipe empezara a salir con sus amigos cumplidos ya los 20. De su etapa de estudiante de COU en Canadá (1984-1985) le quedan algunos compañeros en la memoria. Después, Don Juan Carlos quiso que su hijo se formara en las tres escuelas militares por las que él mismo pasó: primero, la Academia General Militar de Zaragoza, luego la Escuela Naval de Marín y, por último, la Academia General del Aire de San Javier. De allí, a la Universidad Autónoma para cursar estudios de Derecho. De aquella época, Don Felipe mantiene algunas relaciones y se mantiene en contacto por teléfono o correo electrónico. Siempre que puede, asiste a las reuniones anuales que organizan sus compañeros de promoción. Le gusta verlos, encontrarse con ellos y sentirse de nuevo uno más, aunque sea por un rato. El año pasado, en septiembre, viajó a Córdoba solo para comer con los de la Academia de Zaragoza en una conocida taberna durante un par de horas. Cada año eligen un sitio.

Tras casi cuatro años de relación con Isabel Sartorius, la que para muchos fue su primer amor formal, Don Felipe se marchó a Estados Unidos para cursar un máster de dos años en Relaciones Internacionales en la Edmund Walsh School de la Universidad de Georgetown, en Washington, entre 1993 y 1995. Por primera vez vivía con amigos, en un apartamento y en plena libertad. En esa época estrecha su relación con su primo Pablo de Grecia, su compañero de piso y confidente. Allí conoció a la americana Gigi Howard con la que mantuvo una relación sentimental. Los afectos entre Don Felipe y su primo Pablo, casado con Marie Chantal Miller, no han cambiado, pero actualmente no se ven tanto. Las diferencias entre Miller y la reina Letizia se hicieron públicas: la hija del empresario multimillonario Robert W. Miller recriminó en sus redes sociales a la Reina por el trato a doña Sofía a la salida de la Misa de Pascua en Palma en 2018, cuando no le permitió hacerse una fotografía con sus nietas, las infantas Leonor y Sofía. El incomprensible y desafortunado gesto se publicó en toda la prensa nacional e internacional.

Fue a su vuelta de Estados Unidos cuando Don Felipe salió mucho por Madrid y se le fotografió en más de una ocasión en locales de moda. Algunos amigos de entonces se han quedado por el camino, pero otros, muy pocos, siguen siendo sus íntimos de verdad. El entonces Príncipe de Asturias se encargó de representar a España en algunos actos institucionales como las tomas de posesión de los presidentes de Iberoamérica. Cuando no viajaba, dedicaba su tiempo libre al deporte y a sus amigos. Es en esta época cuando afianza relaciones con los hermanos Álvaro y Ricardo Fuster, Pedro López de Quesada, casado con su prima Cristina de Borbón Dos Sicilias (el pasado marzo acompañó al Rey en una escapada a esquiar a Baqueira) y con Javier López Madrid, casado con Silvia Villar-Mir. Todos ellos han sido fieles escuderos de su privacidad durante su noviazgo con la americana Howard, con la modelo noruega Eva Sannum y, por supuesto, cuando a finales de 2002 conoce a la periodista Letizia Ortiz, quien luego se convertiría en su esposa y, junto a él, en Reina. En 2003 falleció otro íntimo de Don Felipe, Jaime Fernández de Araoz, en un accidente de esquí. El Rey honra su recuerdo y mantiene una relación cercana con su viuda y con sus tres hijos a quienes tiene un gran cariño.

El momento más controvertido de las amistades del Rey fue cuando en 2018 se publicaron mensajes de apoyo vía wasap de doña Letizia a Javier López Madrid -en los que la Reina le llamaba ‘compi yogui’, al compartir con él y su mujer clases particulares de yoga – implicado en el sumario de las tarjetas opacas de Caja Madrid y en un oscuro caso de acoso sexual e intento de agresión a una dermatóloga, posteriormente sobreseído.  La Casa Real se vio obligada a publicar un comunicado en el que se anunciaba que los Reyes habían roto relaciones con el empresario y su mujer. El matrimonio se alejó y vive en Londres desde entonces, pero los problemas no han acabado: a primeros de año, se conocía que la Audiencia Nacional investigará el caso de la agresión a la doctora Elisa Pinto como un encargo de López Madrid al comisario jubilado José Manuel Villarejo.

Distanciado oficialmente de López Madrid, su amigo desde los años de colegio en Santa María de los Rosales, Don Felipe estrecha aún más su círculo. Los hermanos Alvaro y Ricardo Fuster, con sus respectivas esposas, los López Quesada, Juan Ignacio Entrecanales y Kyril de Bulgaria encabezan su restringido grupo de confianza, en el que no falta Isabel Sartorius. La vida les ha cambiado a todos y ya no salen por ahí como antes. De hecho, las pocas veces que han trascendido salidas del Rey, en los últimos años, han sido cuando ha compartido con la Reina Letizia una cena o alguna película en una sala de cine.

Don Felipe ahora prefiere recibir a sus amigos en casa, más tranquilo y fuera del alcance de los medios. Los Reyes organizan cenas sí están en Madrid y algún almuerzo de fin de semana. Todos ellos están casados y con hijos, por lo que suelen organizar también planes de ‘niños’. Así suele hacerlo con el músico Jaime Anglada, con el que siempre comparten parte de su tiempo durante las vacaciones de verano en Palma de Mallorca. Doña Letizia ha congeniado con su mujer y las hijas son de la misma edad que las infantas Leonor y Sofía. El Rey es fiel a sus buenos amigos y los afectos se mantienen, aunque, con cincuenta y tantos y sus diferentes obligaciones, viven otra etapa. Kyril de Bulgaria lo confirmaba este verano: “seguimos siendo amigos, pero las vidas cambian”.