Así es Roc Agel, el palacio de verano de los Grimaldi en el que Charlene termina de recuperarse
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Hace casi dos semanas la Casa Real de Mónaco anunciaba la noticia más esperada por todos, la princesa Charlene de Mónaco regresaba al Principado cuatro meses después de su problemático viaje a Sudáfrica y de su posterior ingreso en una exclusiva clínica especializada de los Alpes suizos, a la que recurrió para tratar de recuperarse de los diferentes problemas de salud que le ocasionó una grave infección en las vías altas que sufrió durante su viaje a su país natal. Así lo anunciaron a través de un breve comunicado que decía lo siguiente: “Como resultado de su alentadora recuperación y la aprobación de su equipo médico, la princesa Charlene continuará a partir de ahora su recuperación en el Principado, junto a su esposo y sus hijos […] Las próximas semanas deberían permitir que la princesa Charlene fortaleciera aún más su salud antes de reanudar gradualmente sus deberes y compromisos oficiales”, un dato de lo más alentador que no terminaba de esclarecer el momento exacto en el que la esposa del soberano retomaría su actividad institucional. Esto, sumado al respecto y a la consideración que pidieron desde Palacio para que la recuperación de la exnadadora, quien aseguraban que requería “paz y tranquilidad”, no se viera obstaculizada, ha propiciado que el hecho de que haya querido trasladarse a un lugar más íntimo y privado que el Palacio de Grimaldi no haya llamado demasiado la atención, aunque sí ha sorprendido poderosamente que después de tanto tiempo alejada de su marido y de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, no haya querido instalarse con ellos en la que sigue siendo su residencia oficial.
Alberto de Mónaco ya anunció que Charlene necesitaba un ambiente adecuado para su recuperación y qué mejor lugar que en el maravilloso palacio de Roc Agel, una casa de campo considerada la residencia de verano de los Grimaldi, situada en la ciudad de Peille, justamente en la frontera con Francia, y en la que ahora se ha instalado la princesa, según ha publicado la revista alemana Gala.
Se trata de una fortaleza con vistas al Principado y construida en 1957 por el príncipe Raniero III, que alberga 56 hectáreas con cultivos ecológicos que abastecen las cocinas del Palacio, vacas y unas 200 gallinas, tal y como recogen en el diario ABC. En 2015 fue remodelado, según el citado medio, por pura necesidad, aunque tiempo más tarde Charlene quiso modernizarlo “por cuestión de gusto”. Este siempre ha sido el lugar favorito de la princesa. Tanto, que la primera vez que lo visitó lo convirtió en su mejor refugio, por lo que no es de extrañar que haya querido trasladarse allí para superar esta recta final de su prolongada recuperación.
Es el lugar predilecto de Charlene, pero lo cierto es que no son precisamente buenos los recuerdos que esta propiedad trae a la Familia Real de Mónaco. Fue ese el lugar del que venía la princesa Grace Kelly aquel 13 de septiembre de 1982 cuando, acompañada de su hija Estefanía, perdió la vida en un aparatoso accidente de tráfico que sufrió durante un viaje que tenía como destino Mónaco y en el que ella misma conducía su vehículo particular.