El aniversario más amargo del rey Juan Carlos
Han pasado 365 días desde que el rey Juan Carlos participase en su último acto ‘oficial’. El 27 de mayo de 2019, el padre de Felipe VI sorprendía al país por segunda vez en los últimos años -la primera fue el día del anuncio de su abdicación- con un inesperado comunicado en el que daba a conocer su intención de abandonar la vida pública y dejar de participar en la vida institucional. Una decisión que se producía justo cuando su hijo, el rey Felipe celebraba su quinto aniversario en el trono y después de haber estado en el punto de mira de varios escándalos.
Al igual que ocurriera con su ochenta cumpleaños, el exmonarca no disfrutó de una celebración por todo lo alto para esta despedida, ni siquiera tuvo un acto oficial en el que decir adiós a la vida institucional después de tantos años al servicio de la Corona. Don Juan Carlos se despidió como siempre había querido hacerlo: rodeado de sus seres más afines y en uno de sus entornos predilectos, una plaza de toros.
Don Juan Carlos disfrutó de una despedida a su manera / Gtres
La despedida tuvo lugar en la recién restaurada plaza de toros de Aranjuez, en un festejo homenaje a su madre, la condesa de Barcelona, de quien heredó su pasión por los toros. Una cita en la que el padre de Felipe VI estuvo acompañado por algunos de sus más allegados, como la infanta Elena, su hermana la infanta Pilar, sus sobrinos Simoneta y Fernando Gómez-Acebo y María Zurita y su nieto Felipe de Marichalar. Sin embargo, ni los reyes don Felipe y doña Letizia ni la reina doña Sofía -que se encontraba en Grecia celebrando el cumpleaños de su hermano- estuvieron junto al exmonarca en el coso ni en el almuerzo que se celebró previamente.
El coso de Aranjuez estaba lleno para despedir al exmonarca / Gtres
Un año después, la vida del rey Juan Carlos no es ni mucho menos como él podría haber esperado. El exrey se ha tenido que enfrentar a la dolorosísima pérdida de su hermana, la infanta doña Pilar, fallecida a principios de año a lo que hay que sumar que, debido a que el rey Felipe ha renunciado a su herencia por los presuntos negocios opacos de su padre, el exmonarca no solo ha perdido la asignación que recibía de los presupuestos de la Casa Real, sino que además su relación con Felipe VI pasa por un delicado momento. Por si esto no fuera suficiente, la crisis sanitaria generada por el coronavirus ha provocado que permanezca confinado en el Palacio de la Zarzuela -tal como insinuó la infanta Margarita en el mes de marzo-, lo que implica que don Juan Carlos no solo no podrá disfrutar de algunas de las actividades que más le gustan como la vela -las regatas de este año han quedado suspendidas-, sino que además, todos sus posibles viajes se han visto forzosamente aplazados -se dice que el exmonarca quería visitar a su amigo Pedro Fanjul.-