Hablamos con ingenieros de telecomunicaciones del 'Caso Marta Gayá'

Las escuchas en los 90: un arma de doble filo (no solo) para el Rey

El Rey Juan Carlos y los aparatos de las escuchas
El Rey Juan Carlos y los aparatos de las escuchas en un fotomontaje de LOOK

El Rey Juan Carlos no ha sido el único afectado por las ‘escuchas ilegales’ que practicó el CESID -ahora CNI- en los años noventa. LOOK ha tenido acceso a los famosos aparatos de las escuchas y también ha podido hablar con ingenieros de telecomunicaciones sobre el ‘Caso Marta Gayá’ así como de otros muchos que afectaron a políticos, empresarios y medios de comunicación.

Que el Rey de España fuera vulnerable a ellas, ha generado un gran desconcierto casi tres décadas después. Por primera vez se ha escuchado al monarca confesar su amor por la mallorquina. Unas palabras que demuestran la realidad escondida durante tanto tiempo.

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Pero, además, los aparatos que han delatado al Rey y su uso se convirtieron en un ‘arma de doble filo’ para el Estado español, primer interesado en conocer todos los secretos de los altos mandatarios.

Los entonces Rey Juan Carlos y Príncipe Felipe en la Pascua militar del 06-01-99 / Gtres

Según ingenieros especializados en telecomunicaciones que prefieren seguir en el anonimato, «en esta época aún no existía el Global System Movile (GSM), que es el protocolo de comunicación en teléfonos móviles que conocemos hoy. Por eso, fue en 1990 cuando se empezaron a asignar las frecuencias por el Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias (CNAF) para empezar a controlar lo más parecido entonces, que eran las ondas espaciales».

«Entonces había unas frecuencias de uso libre en las que se apoyaron los espías para poder hacer esas grabaciones. Pero, legalmente, no se puede radiar a la frecuencia que te de la gana. Aún así, en aquella época había un vacío legal, y fue en los años posteriores a esas primeras escuchas, cuando se empezó a regular la asignación de frecuencias y la posterior implantación del GSM», añaden.

Y concluyen: «Ésto depende en primera instancia del Ministerio de Industria, que es el que asigna las bandas de frecuencia para los distintos servicios comunicacionales».

Rey Juan Carlos I

El Rey Juan Carlos I en una imagen de archivo / Gtres

El ‘arma del crimen’

LOOK ha tenido acceso al mismo modelo del aparato de escuchas que utilizaron con el rey Juan Carlos en 1990. Un ‘scanner’ de la marca Uniden, modelo UBC200XLT de 19 cm de largo, 7 de ancho y 3 de grosor fabricado en Filipinas. Actualmente, estos aparatos, mucho más dinámicos y menos pesados, son fáciles de encontrar para su venta a todo el público -se encuentran incluso en webs de segunda mano, entre particulares-, y pueden costar entre los 90 y los 600 euros, precio de primera mano y según su nivel de sofisticación.

Scanner modelo Unidem

Scanner de la marca Uniden, modelo UBC200XLT / LOOK

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Cierto es que usar estos aparatos fue fácil, según dan a entender los ingenieros de telecomunicaciones, hasta que la ley empezara a actuar durante la década de los noventa. Justo después de las grabaciones al Rey y de que la prensa comenzara a hacerse eco de ellas, en su caso y en muchos otros.

De hecho, en esta época, todos los imputados por ‘escuchas ilegales’ usaban este aparato para escanear las señales de los teléfonos que los altos cargos, e incluso el monarca, llevaban en sus coches oficiales. Entre otros, el vicepresidente del gobierno, Narcís Serra, el ministro de defensa Julián García Vargas, y el director de los servicios secretos, Emilio Alonso Manglano, quienes dimitieron de sus cargos el 28 de junio de 1995, cuando se destapó el caso por el diario ‘El mundo’ durante el gobierno de Felipe González -quien aceptó estas dimisiones-.

unidem

Teléfono de la marca Motorola, modelo 8500X / LOOK

LOOK también ha tenido acceso a estos teléfonos, característicos de aquellos años. Unos utensilios de 19,5 cm de largo, 4 de ancho y 8 de grosor, que se conectaban a la batería del coche -de 12 voltios-, de la marca Motorola, modelo 8500X. Fue este el modelo que usó el Rey emérito cuando se le practicaron las famosas escuchas hablando de Marta Gayá. Antes, cabe reiterar, de que existiera la telefonía móvil y, por tanto, el GSM.

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Rey Juan Carlos y Felipe González

El Rey Juan Carlos acompañado por la Reina Sofía en una recepción con Felipe González en los 90 / Gtres

Otros casos archivados

Aunque es ahora cuando OKDIARIO ha publicado la conversación que Juan Carlos mantuvo con un íntimo amigo el 4 de octubre de 1990 en donde revelaba su amor por Marta Gayá, fueron muchas las escuchas (siempre telefónicas), consideradas ilegales por el Código Penal en su artículo 497-bis, que reglamenta el «delito de descubrimiento y revelación de secretos cometido a través de una escucha ilegal».

Uno de los primeros casos conocidos en territorio español, además del ahora revelado por OKDIARIO, sucedió en 1978, cuando el entonces presidente del gobierno, Adolfo Suárez, fue grabado ilegalmente en un encuentro con la Dirección de los Servicios de Información Militar para tratar la lucha contra ETA. Suárez no supo de la existencia de estas grabaciones hasta 17 años después, que tachó de «inadmisibles» cuando se hicieron públicas por el diario ‘El Mundo’.

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Adolfo Suárez y Felipe Gonzalez

Adolfo Suárez y Felipe Gonzalez en octubre de 1978 / Gtres

Por otro lado, Fernando Rodríguez González, entonces coronel del CESID, fue detenido el 15 de febrero de 1993 con otras seis personas por filtrar informaciones al diario ‘La Vanguardia’ procedentes de «escuchas ilegales».

Otro fue el ocurrido el 25 de abril de 1991 producido entre el periodista y empresario Germán Álvarez Blanco, el hermano del exministro de justicia Fernando Múgica y el secretario de Organización el PSOE, Txiki Benegas, cuya conversación fue revelada por la ‘Cadena SER’, de Jesús Polanco, dueño también de ‘El País’. En ellas, Benegas criticaba a Felipe González y le llamaba “Dios” y «el one», a Narcís Serra le denominaba «el catalán» y al entonces ministro de economía le despreciaba llamándole «el enano». Un caso que se archivó, después de que Benegas lo llevara a los tribunales.

Pero hubo más casos, como el sucedido en 1993, que afectó a partidos políticos y periodistas con cargos directivos como al director de TVE en Cataluña, Enric Sopena. El Partido Popular responsabilizó entonces al CESID en el escándalo de la red de escuchas telefónicas descubierta en Barcelona, y Francisco Álvarez Cascos, secretario general del partido, presentó una moción ante el Congreso para pedir que se estudiaran las funciones de la organización.

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