PRESENTACIÓN DE SUS MEMORIAS

Los dardos que han dinamitado la relación de Cayetano Martínez de Irujo con todos sus hermanos

Tras la publicación de sus memorias, el jinete se queda solo y con las puertas de Liria cerradas para él

Cayetano Martínez de Irujo en un momento de la presentación / Gtres
Cayetano Martínez de Irujo en un momento de la presentación / Gtres
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Las memorias de Cayetano Martínez de Irujo cayeron como una bomba en el ya bombardeado en su día -y aquella vez fue la guerra y no la publicación de un libro- Palacio de Liria. Eran los últimos días del pasado mes de agosto cuando un adelanto del contenido del libro “De Cayetana a Cayetano” veía la luz y hacía saltar por los aires la leve armonía de la Casa de Alba. Leve, en cuanto a que no era la primera vez que Cayetano se mostraba crítico con su familia tras la muerte de su madre. Pero nada hacía presagiar que en su curriculum existencial hubiera esa larga lista de decepciones, traiciones, carencias y desapego hacia la mayoría de quienes llevan su sangre, sus hermanos. Dos meses después de salir a la venta, su libro de memorias ha roto en mil pedazos lo poco que quedaba de relación entre Cayetano y los otros cuatro hijos de la duquesa de Alba.

Cayetano Martínez de Irujo

Cayetano Martínez de Irujo en un momento de la presentación / Gtres

El primogénito, Carlos, es quien se lleva la peor parte en las páginas de sus recuerdos. Cierto es que desde que falleció la duquesa y pasó a ostentar la titularidad de la Casa de Alba, las diferencias con Cayetano habían saltado a la esfera pública. Ahora, el conde de Salvatierra ha hecho saber que desde su adolescencia, cuando era un joven desorientado que había perdido a su padre y buscaba afecto en otra figura masculina, entendió que no lo encontraría en su hermano cuando intentó darle un beso en una ocasión y obtuvo su rechazo como respuesta. “Nunca más busqué al hermano mayor, aunque mantuve el respecto hacia el futuro duque de Alba” cuenta. Un hombre excesivamente recto, según la valoración del jinete, con el que no comparte en la actualidad su manera de gestionar el Palacio: “Soy consciente de que la decisión del actual duque de Alba de abrir Liria al público cuenta con buena prensa, pero yo considero que es un acto inmoral”.

Cayetano Martínez de Irujo

Cayetano Martínez de Irujo junto a Luis María Ansón / Gtres

Con Carlos se torcieron las relaciones ya en 2009 cuando la duquesa de Alba escribió una carta inesperada a sus cinco hijos que así rezaba: “Escribo estas líneas para encomendar encarecidamente, mientras que el Patrimonio de la Casa de Alba me pertenezca a mi por completo, mi deseo de que mi hijo Cayetano Martínez de Irujo Stuart, se responsabilice y lleve todas mis fincas. Despachará conmigo todos los asuntos relacionados y yo decidiré. (…) No quiero discusiones, la decisión la he tomado porque es mi deseo”. Sus descendientes hicieron caso de todo menos de su último deseo, el de evitar las discusiones.

Carlos nunca estuvo conforme con esa decisión de la duquesa de Alba, al igual que tampoco Jacobo, con quien Cayetano rompió relaciones definitivamente dos años después cuando, de nuevo su madre les comunicó a sus hijos la 6. No todos estuvieron conformes con que a Cayetano le correspondiese el Palacio de Arbeizenea, en San Sebastián.

Luis y Amina

Luis y Amina Martínez de Irujo / Gtres

Alfonso, duque de Aliaga, es un hermano con el que apenas ha compartido un par de momentos especiales en su vida, puesto que se casó muy joven, pero Cayetano no duda en confesar en su libro que estuvo nueve años sin entrar en Liria porque la Duquesa se enfadó por el trato “de igual a igual” que le daba su nuera María Hohenlohe.

Fernando y Eugenia son los dos hermanos que quedan a salvo de toda crítica. Tuve un “intento obsesivo de actuar como padre, hermano mayor, amigo… quise serlo todo y quizá no conseguí nada”, dice Cayetano respecto de su hermana pequeña. Para Fernando, solo tiene buenas palabras y, sin embargo, ellos también parecen haberse sentido muy molestos por la publicación del libro que retrata a la duquesa de Alba como una madre ausente dueña de un Palacio que fue mucho más una jaula de oro que un hogar. “Busqué en Liria un hogar, pero su relevancia y magnificencia solo generaban frio, mucho frío. Quizá la mejor prueba de lo que digo es el resultado. ¿Cuál es el fruto de Liria? División, frialdad, carencias afectivas, incomunicación”. Hoy, más que nunca, tras la publicación de su libro, Liria se ha convertido para Cayetano en el territorio hostil que recuerda de su infancia.

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