Juan Carlos I donó a Marta Gayá 2 millones de € desde el mismo banco suizo que pagó los 65 a Corinna
Juan Carlos I donó a Corinna y a su hijo 65 millones que había cobrado antes del Rey de Arabia Saudí
Anticorrupción espera los papeles del fiscal de Ginebra para abrir la ‘pieza 26’ sobre las comisiones a Juan Carlos I
Dos años de exclusivas del ‘caso testaferros’: así desveló OKDIARIO las cuentas suizas de Juan Carlos I
Juan Carlos I donó a Marta Gayá dos millones de euros en dos entregas de un millón cada una, en 2011 y 2012. Para ejecutar la operación los testaferros del ex monarca utilizaron la misma cuenta de la offshore panameña Fondation Lucum en el Banco Mirabaud desde donde también transfirieron los 65 millones de euros del regalo a Corinna Sayn Wittgenstein, a mediados de 2012.
El primer plazo de un millón de euros, como constatan los movimientos monetarios –“retiros y depósitos”– del extracto de la cuenta 505523 del Mirabaud, fue endosado en otra cuenta que los testaferros suizos habían abierto a nombre de Marta Gayá en la misma entidad bancaria.
La salida de esa cantidad queda reflejada en el extracto bancario, con fecha 18 de noviembre de 2011, con la siguiente anotación: “Retiro de efectivo a favor de la Sra. Gaya Hernandez (sic)”.
La partida de un millón de euros no suponía una merma importante para el saldo de Don Juan Carlos porque tres días antes había recibido en la misma cuenta 1,4 millones. Cinco días después, ingresó 1,2 millones. Ambas cantidades estaban registradas en euros, aunque procedían de otra cuenta contratada en dólares.
OKDIARIO tiene en su poder los documentos que acreditan el movimiento monetario de la cuenta 505523 a favor de Marta Gayá, la que fuera compañera sentimental del ex Rey mucho antes de que se cruzara en su camino la princesa alemana.
Una relación de años
Fondation Lucum una vez más servía de pantalla para mover el dinero del Rey emérito. Junto con Fondation Zagatka formaba parte de la trama de los testaferros para ocultar las comisiones y las transacciones internacionales. La primera desde el paraíso fiscal de Panamá y la segunda desde Vaduz, la capital de Leichtenstein.
Dante Canonica, el abogado y testaferro suizo experto en la creación de sociedades offshore, facilitaba a un ejecutivo de la entidad bancaria –con las iniciales LBA– la identidad de la beneficiada de la donación. En una carta remitida al Banco Mirabaud, el 18 de noviembre de 2011, le aportaba los datos: “Se trata de la Sra. Marta GAYA HERNANDEZ (sic), domiciliada en Ginebra…. Ella es contribuyente y se encuentra sujeta de manera ilimitada a los impuestos cantonales, municipales y federales desde el 1 de noviembre de 2007″.
Don Juan Carlos y Gayá mantuvieron una relación sentimental estable durante años. OKDIARIO reprodujo en abril de 2017 una cinta grabada por los servicios secretos en la que el entonces Rey confesaba a un amigo su amor por la mallorquina. Le decía: “Nunca he sido tan feliz”. Y se refería a Gayá como «my girlf» («mi novia» en español). La llamada de Su Majestad fue interceptada por el servicio de escuchas del antiguo CESID a última hora de la mañana del 4 de octubre de 1990.
Gayá había dejado en el monarca una huella tan profunda que, 21 años después, se preocupaba por su situación económica aportándole una donación millonaria. Con los dos millones pretendía aliviar la carga económica de la ex compañera sentimental.
La donación de Don Juan Carlos a la cuenta abierta por sus testaferros a nombre de Gayá se producía en unos meses –a finales de 2011– en los que ya comenzaba a distanciarse de Corinna. Y medio año antes del accidente de Botswana, que provocó la expulsión de Corinna de los aposentos del Palacio de La Angorrilla, en El Pardo.
El Rey emérito retomó sus relaciones con Marta Gayá después de la ruptura con la princesa alemana. La donación de noviembre de 2011 da a entender que, en ese mes, ya habían restablecido los contactos.
Una cuenta a nombre de Gayá
Como aseguraba Canonica en su escrito a la dirección del Mirabaud: “La Sra. Marta GAYA HERNANDEZ (sic) ha abierto una cuenta personal en el Banco Mirabaud, habiéndose registrado en dicha cuenta el ingreso del primer millón mencionado con fecha valor del día 16 del mes corriente”. La misiva estaba firmada por el propio Canonica, el 18 de noviembre de 2011.
Don Juan Carlos y Marta Gayá fueron vistos en público por última vez en Irlanda, en julio de 2017, cuando asistieron juntos a la inauguración de la Iglesia de San Juan Bautista, que había sido restaurada por un amigo común. Después viajaron a República Dominicana, Miami y Suiza.
OKDIARIO desveló el pasado martes, en exclusiva, que Juan Carlos I donó en 2012 a su entonces pareja sentimental Corinna Sayn Wittgenstein y a su hijo Alexander 65 millones de euros. Según las fuentes consultadas por este diario, el dinero formaba parte de un regalo que Su Majestad había recibido cuatro años antes del Rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz, con quien mantenía unas excelentes relaciones. La donación había sido transferida a través del Ministerio de Finanzas del Estado árabe.
Para ocultar el dinero sus testaferros constituyeron la offshore Fondation Lucum ante un notario de Panamá, el 31 de julio de 2008. Las gestiones fueron realizadas por la abogada Carmen de Martínez, que representaba como apoderada a la instrumental local ABA Corporate Services.
Se trataba del típico despacho panameño especializado en la creación de offshores, que sirven de pantalla a inversores internacionales. Los testigos de la constitución de la sociedad también eran las panameñas Zuleima Yahajaira González y Aida Esther González, trabajadoras del despacho de abogados.
El domicilio de la sociedad quedaba fijado en la misma sede del despacho de abogados ABA Legal Bureau, en Torre ADR, piso 8, Avenida Samuel Lewis y calle 58, Urbanización Obarrio, que actuaba como “agente residente” de Fondation Lucum. El capital suscrito por los accionistas ascendía a 10.000 dólares, unos 8.100 euros.
Fasana y Canonica disponían de plena libertad, como presidente y secretario del Consejo de la Fundación, para “llevar a cabo cualesquiera actos, celebrar cualesquiera contratos y realizar cualesquiera negocios que sean legales y que puedan ser convenientes o necesarios con el fin de llevar a efecto los fines de la fundación”.
Al mismo tiempo, tenían la obligación de “informar a los beneficiarios sobre el estado de su patrimonio” y entregarles “el patrimonio o el producto establecido a favor de ellos por el acta fundacional”.
Lucum era otra de las estructuras financieras, similar a la Fundación Zagatka, que manejaban los testaferros del entonces Rey para ocultar su dinero. Si Zagatka se sirvió de cuentas bancarias en el Credit Suisse, Lucum se aprovechó de la banca Mirabaud para transferir los fondos a un banco de las Bahamas.
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